El presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó este lunes, cuando se cumplen sus primeros 100 días de gobierno, que "Brasil ha vuelto a tener futuro y eso es solo el comienzo".
En un discurso en el presidencial Palacio de Planalto, el mandatario echó mano varias veces del lema "Brasil ha vuelto", que viene usando desde que derrotó en octubre al ultraderechista Jair Bolsonaro, a quien criticó con firmeza.
"Brasil ha vuelto para cuidar, sobre todo, de los brasileños y brasileñas que más lo necesitan y que en los últimos años han sido la principal víctima de la ausencia de gobierno en este país", dijo en su intervención ante sus ministros para hacer un balance del inicio de su tercer mandato.
"Brasil ha vuelto para conciliar el crecimiento económico con la inclusión social, para reconstruir y salir adelante. Brasil ha vuelto a ser un país sin hambre otra vez", agregó.
El mandatario, que según una reciente encuesta es aprobado por un 38 % de los brasileños –una cifra superior a la que obtuvo Bolsonaro en su momento (32 %)–, centró parte de su discurso en el estado de la economía del gigante sudamericano, su principal motivo de preocupación después que en las últimas semanas aparecieran pronósticos de exiguo crecimiento para 2023 y una alta inflación.
"Quería decirles que mi optimismo no es exagerado. Si no creo en algo, no lo hago", sostuvo Lula, que días atrás dijo que, pese al pesimismo que reina en el mercado, el crecimiento de Brasil dará "un salto importante".
"Nadie cree en el gobierno que se despierta todos los días [y dice]: 'Ay, el PIB no va a crecer, ay porque la economía no está muy bien, ay porque el FMI dijo tal cosa, ay porque el Banco Mundial dijo tal cosa' (...). Mire, si vamos a gobernar pensando en eso, es mejor desistir", agregó.
"Están jugando con la gente pobre"
Como viene haciendo desde antes de asumir el mandato, Lula arremetió de nuevo contra la alta tasa de interés, actualmente en el 13,75 %, que según él y muchos economistas lastran la recuperación económica de Brasil.
Creo que el Banco Central "está jugando con el país, jugando sobre todo, con la gente pobre y, sobre todo, con los empresarios que quieren invertir. Solo no lo ve el que no quiere", insistió.
El mandatario también dedicó unos palabras al evento que más marcó su inicio de mandato: los violentos ataques que el pasado 8 de enero perpetraron los bolsonaristas radicales contra las sedes de los poderes en Brasilia, a los que calificó de nuevo de "intento de golpe de Estado".
"Fue un gesto que creo que marcará nuestro mandato, porque no fue un gesto cualquiera. Ese [8 de enero] fue un intento de golpe de Estado realizado con la mayor desvergüenza por un grupo de reaccionarios, un grupo de fascistas, un grupo de ultraderecha que no quería salir del poder", dijo.
Además, sostuvo que su gobierno "volverá a tratar a la gente con mucho respeto y así vale para todas las áreas". "Todavía hay mucha gente a la que no le gusta la democracia impregnada aquí", advirtió.