Isabel II no permitió que el príncipe Guillermo luchara contra los talibanes, pero sí autorizó a Enrique
La monarca británica Isabel II inicialmente quería que sus nietos Guillermo y Enrique lucharan contra los talibanes cuando estalló la guerra en Afganistán en 2001, pero después decidió que enviar al futuro heredero al trono era demasiado arriesgado, informa The Telegraph.
Isabel II consideró inaceptable que Guillermo, que era el segundo en la línea sucesoria al trono británico siguiendo a su padre, el príncipe Carlos, corriera riesgo alguno, según reveló el exjefe del Ejército británico, el general Mike Jackson, en el documental de ITVX 'The Real Crown' ('La Corona Real', en español).
En aquel momento, la monarca dijo: "Mis nietos han tomado mi chelín, por lo tanto deben cumplir con su deber", según el general, quien admitió haber incumplido el protocolo real al revelar los deseos de la reina.
"Pero se decidió que en el caso de Guillermo, como heredero del heredero, el riesgo era demasiado grande. Aunque para su hermano menor, el riesgo era aceptable", sostuvo.
La reina pensó mucho en su decisión ya que tenía información detallada sobre los riesgos que enfrentaba el Ejército británico en Afganistán.
Por su parte, John Scarlett, el exjefe el Servicio de Inteligencia secreto británico (el MI6), expresó: "Guillermo tenía muchas ganas de ir".
El príncipe heredero completó un curso de 44 semanas en la Real Academia Militar de Sandhurst (el centro inicial de entrenamiento de oficiales del Ejército británico), después de graduarse. En diciembre de 2006, fue reclutado y sirvió hasta 2008, año en el que fue adscrito a la Real Fuerza Aérea y a la Armada.
En cuanto al príncipe Enrique, que cumplió su segundo período de servicio en Afganistán como piloto del helicóptero Apache, escribió en sus memorias que había matado a 25 combatientes talibanes.
Él admitió que no pensaba en los muertos "como personas", sino como en "piezas de ajedrez" que había sacado del tablero.