Tras finalizar su viaje a China, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó este sábado a Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU), para reunirse con su homólogo Mohamed bin Zayed Al Nahyan y profundizar los lazos comerciales entre ambas naciones.
Es la tercera vez que un líder brasileño visita el país árabe luego de la visita de Lula en 2003 y un viaje del exmandatario Jair Bolsonaro.
Durante la reunión con el líder emiratí, el mandatario brasileño destacó que la asociación entre los dos países "se apoya en ricas conexiones en las más diversas áreas, lo que se traduce en las expresivas cifras de nuestro comercio, en la cooperación en el deporte y en la inteligencia artificial". Asimismo, recordó la Cumbre entre América del Sur y los Emiratos Árabes Unidos, celebrada durante su primer mandato.
Desde la Presidencia brasileña subrayaron que EAU es uno de sus principales socios comerciales en Oriente Medio. En cifras concretas, el comercio bilateral alcanzó los 5.700 millones de dólares el año pasado, lo que representa una subida del 74 % frente a la cifra registrada en 2021. Los productos agrícolas brasileños constituyen casi el 60 % de las exportaciones del gigante latinoamericano a EAU.
Mientras, el volumen de las inversiones del país árabe en Brasil se sitúa alrededor de los 10.000 millones de dólares. Así, tales fondos soberanos emiratíes como Mubadala Development Company y Abu Dhabi Investment Authority (ADIA, en inglés) invierten en infraestructura, minería, bienes inmuebles, educación, así como en el sector hotelero, entre otros.
Por otra parte, desde el Planalto destacaron los logros de los EAU en materia de protección medioambiental, por la próxima edición de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP 28) en el país.
- En China, la agenda de Lula incluyó el encuentro con el líder del gigante asiático, Xi Jinping, entre otros eventos. Las partes sellaron una serie de acuerdos en materia de infraestructura, innovación, tecnología, así como de defensa del medio ambiente. Además, Brasilia y Pekín acordaron analizar y profundizar en las posibilidades de intercambio en moneda propia.