Una simulación revela la debilidad clave de EE.UU. en una posible guerra sobre Taiwán

"El juego de guerra enfatizó la necesidad de tomar medidas para armar a Taiwán hasta los dientes antes de que comience cualquier crisis", afirmó el legislador Mike Gallagher.

Una simulación de guerra organizada por un comité del Congreso de EE.UU. evidenció que a Washington le sería imposible reabastecer a Taiwán con armamento en caso de una supuesta invasión china a la isla.

Los juegos de guerra los llevó a cabo este miércoles el Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Partido Comunista Chino, dirigido por el legislador Mike Gallagher, con la ayuda de un grupo de expertos del 'think tank' Center for a New American Security.

"Estamos dentro de la ventana de peligro máximo para una invasión de Taiwán por parte del Partido Comunista Chino (PCCh), y el juego de guerra de ayer enfatizó la necesidad de tomar medidas para disuadir la agresión del PCCh y armar a Taiwán hasta los dientes antes de que comience cualquier crisis" afirmó Gallagher, citado por Reuters.

Para evitar tal escenario, el político republicano recomendó a las autoridades acelerar las entregas de armamento estadounidense por un valor de 19.000 millones de dólares que Taiwán había solicitado previamente, así como incrementar los ejercicios militares conjuntos, reforzar las instalaciones militares en la región del Asia-Pacífico y aumentar la producción de misiles de largo alcance. 

Si bien Estados Unidos es el proveedor de armas más importante de Taiwán, la isla se ha quejado de retrasos en las entregas de armamento.

Panorama sombrío

De acuerdo a una fuente familiarizada con la cuestión, recogida por la agencia, el ensayo demostró que las fuerzas estadounidenses sufrirían grandes pérdidas si el Pentágono no refuerza sus reservas de misiles de largo alcance y negocia el incremento de más bases militares en la región. El supuesto conflicto dejaría a los mercados financieros del mundo "absolutamente hechos jirones", enfatizó la persona consultada.

"La comunidad empresarial no se está tomando suficientemente en serio la amenaza de una crisis en Taiwán", advirtió Gallagher.