Taiwán, ¿a punto de perder a su último aliado en Sudamérica?
Efraín Alegre, candidato a la Presidencia paraguaya del principal partido de la oposición, prometió poner fin a 66 años de relaciones diplomáticas con Taiwán si gana las próximas elecciones, previstas para el 30 de abril.
El líder de la lista de la Concertación Nacional había prometido que su enfoque se centraría en Pekín, ya que los lazos con Taipéi, establecidos en 1957, generan pocos beneficios e impiden las exportaciones desde China continental. "Paraguay debe tener relaciones con China", sostuvo el político en una entrevista en enero.
Los analistas consideran que Alegre tiene bastantes posibilidades de vencer a su principal rival en la carrera presidencial, Santiago Peña, del gobernante Partido Colorado, que no quiere alterar la actual postura de Asunción respecto a China y Taiwán. En el caso de cumplirse estas predicciones, Taiwán podría perder a su último aliado en Sudamérica, informó South China Morning Post este domingo.
Acceso a "mercados e inversiones"
Actualmente Paraguay es una de las 13 naciones que aún mantienen vínculos con Taipéi, después de que en marzo Honduras estableciera relaciones con Pekín, que ya "ha logrado nueve victorias diplomáticas" desde que la líder taiwanesa, Tsai Ing-wen, asumió el cargo en 2016, señala el medio.
Tom Long, especialista en América Latina del departamento de política y estudios internacionales de la Universidad de Warwick (Reino Unido), señaló que la estabilidad de las relaciones entre Taiwán y Paraguay ahora podría verse amenazada debido a que "los partidos de oposición han recibido menos beneficios [de Taiwán], ya sea material o en términos de prestigio".
Asimismo, una gran parte de los importantes sectores económicos paraguayos, especialmente las exportaciones agrícolas, sienten que están "perdiendo el pleno acceso al mercado más grande para sus productos", el de China continental, agregó el especialista, que también señala como factor relevante la esperanza en que la potente inversión china pueda reactivar la economía de Paraguay, que enfrenta múltiples problemas.
"Muchos grandes actores económicos quieren mercados e inversiones, y asumen que el tremendo tamaño de China les proporcionará ambos", explicó Long.
Por su parte, Taipéi hizo grandes esfuerzos en los últimos años para fortalecer su cooperación con el país latinoamericano, aumentando sus importaciones, pero no obstante no logró igualar la potencia que promete el tamaño del mercado chino. "El comercio entre Taiwán y Paraguay alcanzó un récord de 196 millones de dólares en 2021, pero representó menos del 1 % de los intercambios totales de la nación sudamericana ese año", destacó el periódico.
Sin embargo, señaló Long, los políticos paraguayos podrían no recibir el nivel de inversiones que esperan de Pekín. "La inversión china en América Latina desapareció en gran medida durante la pandemia, y no está regresando a los mismos niveles o a la misma naturaleza que antes de 2019", aseguró.
Según sus palabras, en la región "se ha producido un alejamiento de las megainversiones en infraestructura y los enormes préstamos respaldados por el Estado". Pero incluso teniendo en cuenta estos factores, y la posibilidad de que Santiago Peña tuviera una disposición más favorable hacia Taiwán, difícilmente Paraguay optaría por conservar el 'statu quo' de sus relaciones.
"[Peña] enfrentaría la presión de las asociaciones rurales y los productores agrícolas para acceder al mercado, y hay grandes expectativas, quizás expectativas poco realistas, de miles de millones de dólares en inversión por año", concluye Long.
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