Las sanciones a las exportaciones de diamantes rusos, que llevan debatiendo los países del G7 desde hace más de un año, podrían disparar los precios de las gemas en todo el mundo, según informó CNBC citando a expertos.
Las exportaciones rusas de diamantes se han librado en gran medida de las sanciones internacionales tras el inicio de la operación militar de Moscú en Ucrania. Hasta ahora, la importación de diamantes en bruto rusos ha sido prohibida por Estados Unidos. Sin embargo, Washington sigue importando gemas extraídas en Rusia si han sido alteradas sustancialmente en otros países.
La Unión Europea y el G7 han estado examinando nuevas formas de sancionar los diamantes rusos. Sin embargo, algunos países, como Bélgica, que compra una cantidad importante de diamantes rusos, buscan un "enfoque global" de las exportaciones rusas, en lugar de una medida específica de la UE, para garantizar que las sanciones no perjudiquen de forma desproporcionada su industria.
"El debate se ha mantenido durante algún tiempo porque existe un claro riesgo de que Rusia pueda simplemente desviar sus exportaciones a países no participantes", dijo Edward Gardner, economista de materias primas de Capital Economics. "Sin embargo, si las sanciones se aplicaran de forma que fuera difícil eludirlas, podríamos ver menos oferta rusa en el mercado y precios más altos", añadió.
Asimismo, en la industria del diamante europea ha surgido la preocupación por el desvío del comercio de piedras a otros mercados, como Dubái, debido a la posibilidad de pagar más por la mercancía y no lograr mermar significativamente los ingresos de Rusia por este mercado.
Según Tobias Gehrke, miembro del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, existen "muchos problemas" en la aplicación de dichas sanciones. "No hay duda de que Rusia seguirá siendo capaz de financiar la guerra durante muchos años más", dijo Gehrke, incluso si se introducen sanciones a los diamantes.
En el 2021, Rusia ingresó unos 4.700 millones de dólares por la exportación de diamantes, convirtiéndose en el octavo exportador mundial, según datos del Observatorio de Complejidad Económica.