La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha declarado que Moscú tiene la responsabilidad por la voladura de la central hidroeléctrica de Kajovka ocurrida el martes pasado, que causó inundaciones masivas y evacuaciones a gran escala en la provincia rusa de Jersón, donde se decretó el estado de emergencia.
"Todavía estamos evaluando lo que pasó", dijo este miércoles la vocera durante una rueda de prensa, respondiendo a la pregunta de un periodista sobre si la Administración conoce la causa y los autores de lo sucedido. "Esta presa estaba bajo el control de Rusia y ellos son los responsables de la destrucción", afirmó a continuación Jean-Pierre.
"Estamos en contacto con los ucranianos. Obviamente, los daños y la devastación que estamos viendo son desgarradores. Haremos todo lo que podamos para ayudar al pueblo de Ucrania", reiteró la portavoz el apoyo de Washington a la parte ucraniana. "Rusia no tiene nada que hacer allí", sostuvo Jean-Pierre.
Kiev y la Unión Europea también responsabilizan a la parte rusa del ataque contra dichas instalaciones estratégicas.
La postura de Moscú y el papel de EE.UU. en el ataque
La vocera del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, por su parte, declaró el miércoles que la destrucción de la represa fue una "acción premeditada del régimen de Kiev" que "se planificó con antelación" y que equivale a "un acto de terrorismo".
Asimismo, la representante de Moscú recordó que en 2022 Rusia advirtió a la ONU sobre los planes de Ucrania para destruir la central hidroeléctrica de Kajovka. Se trata de "un ataque de prueba" contra una compuerta de la represa, sobre la que informó el general del Ejército de Ucrania, Andréi Kovalchuk, citado por The Washington Post en un artículo publicado a finales de diciembre pasado.
El alto militar detalló que para tal efecto se usó un sistema de lanzamiento múltiple HIMARS, proporcionado por EE.UU., y que el objetivo era elevar el nivel de agua del río Dniéper, que atraviesa la central hidroeléctrica.