China ha rechazado las acusaciones de que sus barcos incursionaron en las aguas territoriales de Palaos luego de que este país insular del Pacífico solicitara patrullas militares estadounidenses adicionales ante una supuesta intimidación de Pekín.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Wang Wenbin, alegó este jueves que los buques chinos solo "se refugiaron del viento" y que "no realizaron ninguna actividad de exploración o reconocimiento marítimo", agregando que Palaos fue notificado de tales movimientos.
"China siempre respeta el derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales, y ha pedido a los barcos chinos que ejerzan su derecho a la libertad de navegación y realicen actividades de investigación científica en estricta conformidad con la ley", enfatizó el vocero.
Más temprano, en la misma jornada, el presidente palauano, Surangel Whipps Jr., declaró que agradecería una mayor presencia militar estadounidense en su país, citando supuestas incursiones chinas en su zona económica exclusiva.
"Se trata de preparación", dijo el mandatario en una rueda de prensa durante una visita a Tokio. "Creemos en el concepto de que la paz se obtiene a través de la fuerza, y la presencia es disuasión [...] Sé que todos están preocupados por la escalada [de las tensiones regionales]. Si no mostramos ninguna fuerza, entonces vamos a ser vulnerables", aseveró, citado por Nikkei.
Estados Unidos ha firmado o renovado pactos de seguridad con varios países oceánicos en las últimas semanas, incluidos Papua Nueva Guinea, Micronesia y Palaos, con quien tiene un tratado de seguridad y asistencia económica desde hace décadas.
Lucha de influencias en el Pacífico
Washington ha tratado de aumentar su influencia en los países del Pacífico luego de que Pekín llegara el año pasado a un importante acuerdo militar y de desarrollo con las Islas Salomón.
El convenio despertó fuertes críticas de EE.UU., Nueva Zelanda y Australia. En respuesta, el gigante asiático y su socio oceánico aclararon que el pacto no preveía la construcción de ninguna base militar china.
Desde entonces, el país norteamericano impulsó su actividad diplomática en la región. Así, reabrió su embajada en Islas Salomón tres décadas después de su cierre, al tiempo que anunció su intención de abrir una embajada en Vanuatu y establecer representaciones diplomáticas en Kiribati y Tonga.