Surcoreanos confrontan al jefe del OIEA por apoyar el vertido al mar de agua tratada de Fukushima
Centenares de personas han salido este sábado a las calles de Seúl en protesta contra la decisión de Japón de verter al océano aguas residuales de la central nuclear de Fukushima, que se utilizaron para enfriar los reactores tras la catástrofe allí ocurrida. La protesta se desarrolló el día en que el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Mariano Grossi, se reunió con el ministro de Exteriores de Corea del Sur, Park Jin.
Grossi también se reunió con altos funcionarios y legisladores opositores del país asiático para abordar las preocupaciones sobre la seguridad alimenticia luego de que el Gobierno surcoreano respaldara formalmente los planes de Tokio. Desde Seúl afirmaron que los niveles de contaminación del agua bombeada desde Fukushima estarían dentro de los límites aceptables y no afectarían de forma significativa a las aguas surcoreanas.
Esta semana, el OIEA dio luz verde a los planes de Japón de verter las aguas residuales de la central nuclear al océano. El organismo concluyó que las aguas residuales tratadas cumplirían con los estándares internacionales de seguridad y que su impacto ambiental y sanitario sería insignificante.
A la llegada al aeropuerto de la capital surcoreana, Grossi fue recibido por decenas de ciudadanos indignados que denunciaron el apoyo del OIEA a los planes de Tokio. "¡Desmantelar el OIEA!", "¡Las aguas residuales de Fukushima definitivamente llevarán a toda la humanidad al desastre!", decían los mensajes de reclamo en algunas de las pancartas.
Muchos también marcharon por el centro de Seúl expresando su rechazo al vertido al mar de las aguas residuales radiactivas. Las marchas transcurrieron de forma pacífica y no hubo reportes de heridos o enfrentamientos.
Con información de AP