El Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, permanece profundamente preocupado "por el hecho de que la guerra en curso entre las partes haya llevado a Sudán al borde de una guerra civil a gran escala, lo que podría desestabilizar toda la región", sobre todo tras un ataque aéreo el sábado pasado que provocó varios muertos, según informa un comunicado del organismo.
The Guardian, refiriendo al Ministerio de Salud del país, anunció que como resultado del ataque a un barrio residencial de la ciudad de Omdurman, vecino a la capital, Jartum, fueron encontrados 22 fallecidos y heridos múltiples entre los locales. Ambas partes del enfrentamiento se negaron a asumir la responsabilidad de lo sucedido y se culparon mutuamente. "Existe un desprecio absoluto por el derecho humanitario y de los derechos humanos que resulta peligroso e inquietante", añadió el funcionario.
Asimismo, el jefe humanitario de las Naciones Unidas, Martin Griffiths, también señaló que el país sufre de la guerra civil "del tipo más brutal" y advirtió de que la crisis no haría sino empeorar a medida que los combates se extiendan a nuevas zonas. "No tenemos un lugar, un foro, donde las dos partes estén presentes [...] donde podamos negociar el tipo de acuerdos básicos que necesitamos para trasladar suministros y personas", añadió en declaraciones a AP.
El conflicto entre el ejército sudanés y el grupo militar rival, las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas de inglés), empezó hace casi 4 meses, durante este período al menos 3.000 personas han muerto y 6.000 han resultado heridas en el conflicto. Asimismo, los sobrevivientes han reportado los casos de la violencia sexual y los testigos informan que los homicidios ocurren por origen étnico.
Los paramilitares han establecido bases en zonas residenciales desde que comenzó la guerra y han sido acusados de obligar a los civiles a abandonar sus hogares. De acuerdo con los datos de la Organización Migratoria Internacional, unos tres millones de residentes se vieron obligados a trasladarse, incluso 700.000 a otros países, debido a las acciones militares.
El jefe de la ONU ha llamado a las partes del conflicto "a que cumplan las obligaciones que les incumben en virtud del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos para proteger a la población civil y permitir la acción humanitaria", enfatizando que la organización sigue desarrollando directrices de colaboración con la Unión Africana y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD, por sus siglas en inglés) de África Oriental.
Desde el 15 de abril, las acciones bélicas se extendieron rápidamente no solo en las ciudades de Jartum, Omdurman y Bahri, sino también a la zona occidental de Darfur, que lleva décadas de inestabilidad. Las Fuerzas Armadas sudanesas acusaron a sus rivales de secuestrar y asesinar al gobernador del estado de Darfur del Oeste horas después de dar una entrevista televisiva en la que culpaba a las RSF por una reciente escalada de violencia en la zona.