Rusia actualmente se abstiene de usar municiones de racimo, sin embargo se verá obligada a recurrir a tales proyectiles como respuesta si EE.UU. las suministra a las Fuerzas Armadas de Ucrania, ha anunciado este martes el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú.
"El mundo entero ya ha visto que ellos [EE.UU.] han confirmado la entrega de bombas de racimo y lo justifican de diferentes maneras. Dicen que teniendo en cuenta que la munición convencional calibre 155 se ha agotado, ahora, hasta que comience su producción, decidieron cubrir su falta con estas municiones de racimo. Esto, por supuesto, influirá a la prolongación del conflicto", dijo el ministro durante una rueda de prensa.
"Si EE.UU. suministra municiones de racimo a Ucrania, las Fuerzas Armadas de Rusia se verán obligadas a utilizar armas similares contra las Fuerzas Armadas de Ucrania como medida de respuesta", ha subrayado Shoigú.
"Ni nosotros, ni EE.UU., ni Kiev nos hemos unido a la Convención sobre Municiones de Racimo. Al mismo tiempo, Rusia se da cuenta de qué tipo de amenaza representan estas municiones para la población civil, por lo que se ha abstenido y se está absteniendo de usarlas en la operación especial militar", ha aseverado el ministro.
"Cabe mencionar que Rusia tiene las municiones de racimo en servicio, por así decirlo, para todas las ocasiones. Al mismo tiempo, son mucho más eficaces que las estadounidenses y su nomenclatura es más amplia y diversa", ha subrayado el ministro.
La Administración del presidente de EE.UU., Joe Biden, confirmó este 7 de julio que suministrará a Ucrania bombas de racimo, cuyo uso está prohibido en gran parte del mundo. "Reconocemos que las municiones de racimo crean un riesgo de daños a civiles por los artefactos sin estallar. Por eso aplazamos la decisión todo el tiempo que pudimos", declaró entonces el asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan.
En este contexto, Rusia criticó la decisión de EE.UU. de suministrar a Ucrania bombas de racimo, tachándola de "gesto de desesperación". Además, diversos aliados de EE.UU. rechazaron la entrega de estas municiones, entre ellos, Alemania, Austria, España y Canadá.
- Las municiones de racimo, que se usaron por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial, pueden emplearse en cohetes, bombas, misiles y proyectiles de artillería. Una vez lanzadas, se abren en pleno vuelo, esparciendo numerosas minibombas sobre una amplia zona.
- Las pequeñas bombas liberadas pueden matar o herir de manera indiscriminada y, teniendo en cuenta su alto índice de fallos, pueden permanecer sin estallar durante años hasta activarse en un momento dado.
- Debido al peligro que suponen para la población civil, en 2008 se adoptó la Convención sobre Municiones en Racimo, que prohíbe su uso. Un total de 123 países firmaron este documento, aunque 13 de ellos aún no lo han ratificado.