La industria de semiconductores no regresa a EE.UU. a pesar de las subvenciones que otorga la Administración Biden y las restricciones a la exportación a China, informa Asia Times este miércoles.
En febrero, la secretaria de Comercio estadounidense, Gina Raimondo, afirmó que quería que EE.UU. sea "el único país del mundo, en el que todas las emperesas capaces de producir chips de vanguardia cuenten con investigación y desarrollo considerables y una presencia manufacturera de gran volumen". No obstante, el medio constata que Europa, Taiwán, Japón y Corea del Sur quieren mantener sus tecnologías en casa, y China desarrollará sus propios semiconductores a la luz de las restricciones de EE.UU.
Asimismo, se considera que abrir fábricas de chips en EE.UU. a veces no tiene sentido económico. En particular, la empresa surcoreana Samsung construye una fábrica de producción de circuitos integrados en Texas y, según reportes, el valor del proyecto subió un 50 % debido a la inflación.
El fabricante de circuitos integrados estadounidense Intel, un receptor de subvenciones de la Casa Blanca, también prioriza invertir fuera de EE.UU. Planea destinar unos 22.000 millones de dólares a fábricas en los estados de Arizona y Ohio, mientras que dedicará unos 32.700 millones de dólares a la construcción de dos instalaciones de semiconductores de vanguardia en la ciudad de Magdeburgo (Alemania) y hasta 4.600 millones de dólares a Polonia. Asimismo, realizará la mayor inversión por un valor de 25.000 millones de dólares en Israel.
Otro fabricante de chips, Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC), construye fábricas no solo en EE.UU., sino también en Japón, en el marco de empresa conjunta con Sony y Denso. Además, países europeos, especialmente Alemania, también buscan atraer inversiones de TSMC.
'Guerra de los chips' entre EE.UU. y China
El 7 de octubre de 2022 el Departamento de Comercio de EE.UU. puso en marcha nuevas restricciones comerciales contra China encaminadas a restringir la capacidad de Pekín de obtener chips avanzados, desarrollar y mantener supercomputadoras y fabricar semiconductores.
China reaccionó a las restricciones estadounidenses y en diciembre pasado presentó una demanda contra EE.UU. ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por intentar bloquear su sector de alta tecnología.
Asimismo, Pekín protege su mercado de altas tecnologías. A principios de abril, la Administración del Ciberespacio de China (ACC) abrió una investigación sobre las ventas locales del fabricante estadounidense de semiconductores Micron Technology. Según un comunicado al respecto, la investigación busca "salvaguardar la seguridad de la cadena de suministro de infraestructuras de información clave" y "prevenir los riesgos para la seguridad del ciberespacio debidos a productos problemáticos".
Luego, la ACC prohibió los productos de Micron tras encontrar riesgos de seguridad cibernética "relativamente graves" en ellos. De acuerdo con un informe del año fiscal 2022 de Micron, el mercado chino generó el 10 % de los ingresos totales de la empresa.
A finales de junio, se reportó que Washington considera introducir nuevas restricciones a la exportación a China de chips utilizados para la inteligencia artificial, con el objetivo de dificultar el ingreso de las tecnologías, incluidas las militares, al mercado del gigante asiático.
Entre tanto, a principios de julio China dictó restricciones para la exportación de galio y germanio, dos elementos claves para la fabricación de semiconductores y otros componentes electrónicos. Las medidas entrarán en vigor a partir del 1 de agosto.