El paso del tifón Doksuri provocó lluvias extremas y fuertes inundaciones en Pekín y otras partes de China, afectando a miles de personas, lo que llevó a las autoridades a emitir alerta roja, la más alta en el sistema de alerta meteorológica de cuatro niveles del país.
La tormenta comenzó el sábado y hasta el momento ha dejado al menos dos muertos en el distrito de Mentougou, hallados en el oeste de la ciudad, durante un patrullaje de emergencia la mañana de este lunes, recogen medios locales.
Más de 31.000 personas han sido evacuadas y más de 180 vuelos fueron cancelados, mientras otros sufrieron retrasos en todos los aeropuertos de la capital.
Videos compartidos en las redes sociales muestran autos siendo arrastrados por los ríos desbordados.
Los bomberos rescataron a un hombre atrapado en el interior de su vehículo mientras era llevado por el agua.
Las autoridades informaron que dos puentes también se derrumbaron: uno en el distrito Fengtai de Pekín y otro en Shijiazhuang, la capital de la provincia norteña de Hebei.
El ciclón también afectó a las provincias de Tianjín, Henan y Shanxi. La precipitación media en toda la región es de 320,8 mm, y la precipitación máxima registrada en una estación meteorológica en Mentougou alcanzó los 580,9 mm.
De momento, no se ha dado a conocer las estimaciones iniciales sobre las pérdidas económicas causadas por las inundaciones. Sin embargo, las autoridades señalaron que este tipo de lluvias torrenciales podrían arrasar los cultivos e inundar los campos agrícolas bajos.
Además, advirtieron que mientras Doksuri continúa debilitándose, el tifón Khanun ya está en camino. La provincia de Zhejiang, en el este del país, ya ha lanzado operaciones de respuesta de emergencia.
Antes de llegar a China continental, el tifón también azotó Taiwán y el norte de Filipinas, donde las lluvias y los fuertes vientos dejaron al menos 25 muertos, 52 heridos y 20 desaparecidos. A su paso por territorio filipino, Doksuri dejó casi 2,4 millones de damnificados, mientras que otras 50.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares.