Varios expertos destacan la importancia científica de la misión rusa Luna-25, que despegó la mañana de este viernes (hora local) desde el cosmódromo Vostochni, en el Lejano Oriente de Rusia, con destino al polo sur de la Luna.
En caso de que la misión tenga éxito, Rusia se convertirá en el primer país en aterrizar una sonda robótica en el Ártico lunar. Se espera que el módulo de aterrizaje opere en la superficie lunar, estudiando el regolito de la superficie y el polvo y las partículas exosféricas durante un año. Además, una de las tareas principales es comprobar la presencia de agua congelada que podría sustentar la vida en la Luna.
"Creo que, a largo plazo, la Luna será una plataforma de lanzamiento para la exploración del espacio profundo, de planetas lejanos", declaró el jefe de Roscosmos, Yuri Borisov, añadiendo que, si se encuentra agua, "se abrirán perspectivas muy serias de uso industrial" del satélite natural.
Señaló que estas cuatro son un conjunto de misiones automáticas de exploración de la Luna. "Después nosotros y nuestros colegas de China pasaremos a la siguiente fase: la posibilidad de una visita tripulada a la Luna y la construcción de una base lunar", subrayó.
Los científicos espaciales del cosmódromo señalaron que una de las grandes tareas llevadas a cabo fue programar el funcionamiento de los procesos automáticos para el alunizaje. También se refirieron al desarrollo de un clima de competencia entre las diversas naciones que intervienen en la carrera por la Luna.
"Hoy en día la Luna es un recurso y un recurso es competición. Existe rivalidad y claro que existe la colaboración […], en la investigación claro que la gente coopera, pero cuando empieza el desarrollo y la comercialización la situación cambia", explicó Lev Zeleni, director científico del instituto de Investigación Espacial.
Además, se busca aprender a utilizar los recursos de la Luna para minimizar la carga de las naves que viajen desde la Tierra, de manera que el satélite natural de nuestro planeta pueda convertirse en una parada de escala hacia otros destinos. En este sentido, el experto explicó que, "si se compara la gravitación de la Tierra con la de la Luna, desde la Luna es muy fácil emprender viaje hacia el espacio exterior. Así que usar la Luna como aeródromo de escala para volar a Marte […] es un área prometedora".
Por otro lado, Kiril Zhivijin, jefe del programa lunar de la empresa aeroespacial Lávochkin, señaló que el interés está en evaluar la tecnología que se pone a prueba en los aparatos espaciales automáticos. "En primer lugar se trata de soporte vital duradero y elementos de comunicación, en disímiles condiciones, que son componentes indispensables para la rápida exploración de la Luna. Es decir, cuantos más aparatos espaciales automáticos haya, más rápida y amplia sería la exploración de la Luna por el ser humano".
Por su parte, el diseñador principal de Luna-25, Pável Kazmerchuk, ha destacado que en esta misión se ha utilizado una gran cantidad de altas tecnologías y otros logros para reducir considerablemente el peso del aparato.
El estudio por primera vez del polo sur de la Luna
Por su parte, el investigador espacial José Oliver Sinca, subrayó que la importancia que tendrá esta misión es "el estudio por primera vez del polo sur de la Luna".
El científico español ha señalado la importancia de la presencia en el polo sur de la Luna, no solo de agua, sino también de Helio 3, que es un gas usado tradicionalmente para la fusión nuclear. En ese sentido, Sinca destaca que, a raíz del descubrimiento de estos recursos, más países como EE.UU. y la India, también se interesaron por esta zona lunar.
Por su parte, el astrónomo de la Universidad Nacional de La Plata, Luis Martorelli, destaca la importancia de esta misión espacial rusa en la región circumpolar, dado que podría ayudar a descubrir agua en los cráteres y contribuir al desarrollo científico.
También, Martorelli señaló el destacado papel de Rusia en el desarrollo espacial a nivel mundial. En ese sentido, significó que, "durante 12 años, de no haber sido por las naves rusas, jamás se hubiera alcanzado la Estación Internacional".
Volver a la Luna significa "dar un paso importantísimo para la futura exploración de los minerales, de las condiciones biológicas de la Luna", destaca el experto. Asimismo, subrayó que la misión va a ubicarse en una zona de alta cantidad de cráteres, donde la oscuridad podría dar condiciones de hallar el agua oculta en algunos de ellos.
"Este viaje es crítico y realmente es de una envergadura científica y tecnológica muy importante. Especialmente para Rusia", agregó.
Para Marcos Pontes, el primer sudamericano y único brasileño en viajar al espacio, el proyecto Luna-25 "tiene gran importancia para la ciencia, especialmente ahora que estamos en el momento de regresar a la Luna". "El análisis de los datos que tenemos y los datos que vendrán de los nuevos estudios de la superficie lunar podrá ser utilizado para mejorar la vida en nuestro planeta Tierra", destaca.