La enfermera británica Lucy Letby, que fue declarada culpable del asesinato de siete bebés recién nacidos, puede haber causado daños a muchos bebés más en dos hospitales del noroeste del país, reportó este domingo The Guardian con referencia a una fuente al tanto de la investigación de la Policía.
Según el informante, los detectives identificaron a unos 30 bebés que sufrieron incidentes "sospechosos" en el hospital Countess of Chester, donde trabajaba Letby.
Asimismo, continúan las investigaciones en un hospital de Liverpool, donde Letby realizó prácticas en 2012 y 2016. Al menos una familia fue informada a principios de este año por la Policía que el nacimiento de su hijo forma parte de la investigación, escribe el medio.
Esta semana, tras un juicio de 10 meses, al que concurrieron más de 240 testigos, y después de 22 días de deliberación del jurado, Letby, de 33 años, fue finalmente declarada culpable del asesinato de cinco niños y dos niñas recién nacidos, hechos ocurridos entre junio de 2015 y 2016.
Las pruebas indicaron que la mujer mató deliberadamente a sus víctimas recién nacidas inyectándoles insulina o incluso aire, mientras que a bebés que habían nacido prematuros los asesinó sobrealimentándolos con leche, conducta que repitió hasta que fue arrestada finalmente en 2018.
Con su inminente condena el próximo lunes, se estima que Letby, quien ya es considerada la mayor asesina en serie de niños en la historia moderna británica, se convierta en la tercera mujer actualmente viva que es sometida en Reino Unido a prisión perpetua.