El líder progresista del Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo, celebró su triunfo en la segunda vuelta presidencial realizada el domingo en Guatemala, en una jornada que marcó varios hitos políticos, ya que se convirtió en el candidato más votado de la historia de este país, y en el primero, también, que es hijo de un expresidente.
"Participar es un acto de defensa de la democracia y en este momento significó un acto de valentía", afirmó Arévalo luego de que las autoridades electorales confirmaran su victoria con el 58 % de los votos, frente al 37 % que obtuvo la candidata de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Sandra Torres.
El sociólogo de 64 años, hijo del fallecido expresidente Juan José Arévalo (1945-1951), consideró que el alud de votos a su favor reflejó que la ciudadanía está harta de la corrupción.
"Gracias pueblo de Guatemala. Este triunfo no es nuestro, es de ustedes que nos apoyaron a lo largo de este camino electoral", dijo en conferencia de prensa junto a su compañera a la vicepresidencia, la científica y socióloga Karin Herrera.
Mientras Arévalo hablaba con el triunfo ya en la bolsa, miles de personas salían a las calles para festejar porque, a través de las urnas, lograron que ganara un candidato de izquierda que hasta hace un par de meses ni siquiera sobresalía en las encuestas.
El mensaje del virtual presidente electo fue conciliador, ya que prometió que gobernará para todos los guatemaltecos sin importar las diferencias políticas, pero siempre con la justicia social como meta principal.
Además, confió en que la contundencia de los resultados permita que termine la persecución judicial que el Movimiento Semilla y él mismo comenzaron a padecer después de la primera vuelta, y que buscó dejarlo fuera de la contienda.
Lo que sigue
Si la transición se lleva a cabo en tiempo y forma, Arévalo asumirá el próximo 14 de enero. Uno de sus principales desafíos será gobernar con un Congreso de mayoría opositora.
En la primera vuelta del pasado 25 de junio, Movimiento Semilla solo obtuvo 24 escaños, en tanto que UNE alcanzó 27 y Vamos, el partido oficialista que postuló a Manuel Conde a la presidencia, logró la primera mayoría, con 40.
Los temores de que continúe la incertidumbre electoral comenzaron a desvanecerse la noche del domingo, después de que el presidente Alejandro Giammattei asumiera la victoria del candidato opositor, ya que el papel del mandatario saliente es clave para garantizar un cambio de Gobierno.
"Felicito también a Arévalo y extiendo la invitación para iniciar la transición ordenada, al día siguiente de que los resultados queden oficializados", escribió el presidente en sus redes sociales.
Sin embargo, la que se negó a reconocer la derrota fue Torres, la exprimera dama que volvió a fracasar en su tercer intento consecutivo de llegar a la presidencia.
La candidata de UNE mantuvo el silencio al término de la jornada electoral y fue su partido el que se limitó a publicar un comunicado en el que explicó que fijarían una posición oficial cuando se transparente la operación que tuvo el Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares.
"Lamentamos que observadores internacionales nunca se hayan pronunciado para revisar las irregularidades que prevalecieron en el actual proceso electoral", agregó el escrito.
Más allá de la resistencia opositora, el Tribunal Superior Electoral de Guatemala validó los resultados.
Por ello, ahora la única duda es si la Fiscalía Especial contra la Impunidad terminará con los cuestionados procesos judiciales en contra de Movimiento Semilla, que será ahora el partido gobernante.