Una nueva polémica rodea a la selección femenina de fútbol de España con la reciente difusión de un video en el que su entrenador, Jorge Vilda, aparece tocando el pecho a una de sus asistentes durante la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA, celebrada el pasado 20 de agosto.
Luego del gol de Olga Carmona que le dio el triunfo a España sobre Inglaterra, todo el banquillo celebró. En medio de la euforia del momento, Vilda acercó su mano al pecho de la segunda entrenadora del equipo, Montse Tomé. En ese instante Vilda está mirando hacia otro lado. Se desconoce si el contacto fue intencional y con consentimiento de la exfutbolista.
Estas imágenes fueron registradas por las cámaras que trasmitían el evento y han cobrado notoriedad en un momento convulso para la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que intenta sobreponerse de la controversia suscitada por su presidente, Luis Rubiales, y el beso sin consentimiento que dio a la futbolista Jenni Hermoso durante la entrega de premios en la gran final.
Tanto ese incidente como el protagonizado por Vilda han desatado feroces críticas contra la RFEF y sus directivos en redes sociales, argumentando comportamientos sexistas y machistas. Un usuario de Twitter ha calificado el gesto de "vergonzoso" y "lamentable". Mientras otros han instado a que este episodio no pase desapercibido en medio de la tormenta mediática que rodea a Rubiales. "Tienen que pagar ambos", escribió un internauta.
Este viernes, el organismo deportivo celebrará una asamblea general extraordinaria donde se discutirá el caso Rubiales, y muy probablemente el comportamiento del técnico. "Están abiertas las diligencias internas de la Federación referentes a asuntos de Integridad, así como el resto de los protocolos aplicables", indicó la institución.
Quejas pasadas contra Vilda
Jorge Vilda ya ha sido motivo de repudio antes. En los últimos años ha provocado divisiones dentro del plantel que han ido agudizándose. En septiembre de 2022, un grupo de 15 jugadoras expresó a la RFEF su deseo de renunciar a la selección de mayores en caso de que Vilda continuara al mando. Las futbolistas alegaban que, con él en la plantilla, se veía afectado su estado su estado emocional y de salud. De acuerdo con el diario Mundo Deportivo, su exceso de control, catalogado incluso de "dictatorial", fue uno de los principales motivos para exigir su salida. Pese a la inconformidad generalizada, la Federación desestimó la petición, mantuvo a Vilda y advirtió que no admitiría ningún tipo de presión.
Cuando la situación estalló, varias de ellas desmintieron que se estuviese pidiendo su dimisión, aunque reconocieron que había "ciertos aspectos internos" que se debían "cambiar". Finalmente, algunas de las involucradas dieron marcha atrás a su decisión.