Las jugadoras de la selección española de fútbol, actuales campeonas del mundo, aseguraron este viernes que "no volverán a una convocatoria" si Luis Rubiales sigue como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
La decisión surge a raíz de las justificaciones del directivo por el beso en la boca que le dio a la jugadora Jenni Hermoso después de que España conquistara la Copa del Mundo el pasado domingo. Los medios en seguida se hicieron eco de la acción, que Rubiales aseguró fue consentida por la jugadora.
Sin embargo, en un comunicado publicado en X (antes Twitter), Hermoso desmintió rotundamente que el beso de Rubiales hubiera sido consentido. "No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho", aseguró la delantera.
"Las jugadoras de la selección absoluta, recientes campeonas del mundo, en apoyo a Jennifer Hermoso, quieren manifestar su firme y rotunda condena ante conductas que han atentado contra la dignidad de las mujeres", indica una carta publicada por el sindicato Futpro y firmada por casi 80 jugadoras, entre ellas las 23 campeonas.
Las integrantes de la selección española resaltaron que esperan "respuestas contundentes" de los poderes públicos para que no queden impunes este tipo de acciones. Además, pidieron "cambios estructurales reales", que ayuden al equipo a seguir creciendo. "Nos llena de tristeza que un hecho tan inaceptable esté logrando empañar el mayor éxito deportivo del fútbol femenino español", lamentan.
Presiones de la RFEF
Hermoso denunció esta jornada que tanto ella como sus personas más cercanas recibieron presiones de la RFEF para "justificar" el beso no consentido de Rubiales.
Mediante un comunicado publicado en redes sociales, indicó que la acción de Rubiales le provocó un 'shock' en plena celebración por la victoria de España.
"He estado bajo una continua presión para salir al paso con alguna declaración que pudiera justificar el acto del señor Luis Rubiales", dijo Hermoso. "No solo eso, sino que de diferentes maneras y a través de diferentes personas la RFEF ha presionado a mi entorno (familia, amigos, compañeros, etc.) para que diera un testimonio que poco o nada tiene que ver con mis sensaciones", agregó.