La toma del poder por los militares en Gabón es uno de los últimos acontecimientos que afecta a una de las antiguas colonias africanas de Francia, en medio del creciente sentimiento antifrancés que se registra en varios de estos países, escribe The Wall Street Journal.
Así, a primeras horas del miércoles, un grupo de militares de Gabón disolvió las instituciones gubernamentales y canceló las elecciones generales tras conocerse que el presidente Ali Bongo Ondimba había sido reelegido para un tercer mandato con el 64,27 % de los votos.
Poco después, los uniformados comunicaron que el derrocado mandatario se encuentra bajo arresto domiciliario y que su hijo Noureddin Bongo Valentin fue detenido. Mientras, el general Brice Oligui Nguema, quien desde abril de 2019 se desempeñaba como jefe de la Guardia Republicana de Gabón, fue nombrado como jefe de Estado para el período de transición.
Estrechas relaciones con Francia
Con una población de unos 2,4 millones de habitantes, Gabón cuenta con algunos de los bosques y la fauna más prístinos de África. Además, es uno de los principales productores de petróleo del continente y miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El Estado también exporta madera, manganeso y uranio.
A pesar de sus recursos naturales, que convirtieron a Gabón en una de las naciones más ricas de África en términos de producto interior bruto per cápita, muchos de sus habitantes aún viven en la pobreza. Según datos del Banco Mundial, citados por The Economist, un tercio del país es pobre.
La familia del derrocado presidente de Gabón ha mantenido una estrecha relación con la antigua potencia colonial del país, Francia, que conserva unos 350 soldados en la nación africana, principalmente para entrenar a soldados gaboneses, señala WSJ. En marzo, el presidente francés, Emmanuel Macron, incluso visitó Gabón en el marco de su gira por África.
Las empresas francesas también tienen amplios intereses económicos en Gabón, recoge AFP. Etienne Giros, presidente del Consejo Francés de Inversores en África, declaró a la agencia que unas 80 compañías francesas están registradas en Gabón, pero las pequeñas empresas, los comerciantes, los restaurantes, los abogados, las aseguradoras y las sociedades de servicios financieros suman decenas más al total.
Por ejemplo, a mediados de agosto, la petrolera francesa Maurel & Prom (M&P) anunció la compra del 100 % de la compañía petrolera Assala Energy Holdings, incluidas todas sus filiales en Gabón. Offshore Technology escribe que la compra también reforzó la relación de M&P con el Gobierno gabonés, que tenía previsto aumentar su participación en la filial nacional de Assala del 25 al 27,5 % como parte de la operación.
Olivier de Langavant, director general de M&P, expresó que la transacción "ofrece visibilidad a largo plazo y un importante potencial de desarrollo en un país estable".
Mientras, datos del Ministerio de Hacienda de Francia indican que las empresas del país europeo vendieron en Gabón productos por valor de 536 millones de euros (585 millones de dólares), principalmente productos agrícolas y alimentarios, bienes de equipo, productos eléctricos y electrónicos, equipos informáticos, bienes intermedios y productos farmacéuticos.
Creciente sentimiento antifrancés
Los acontecimientos en Gabón son también un recordatorio de que la política de Francia hacia África está en ruinas, señala The Economist. Según datos cotejados por los politólogos Jonathan Powell y Clayton Thyne, desde 1990, 24 de los 40 golpes de Estado que tuvieron éxito en África se produjeron en países francófonos, pero desde 2000, la proporción es 16 de 24.
"Probablemente no sea una coincidencia", escribe la revista, argumentando que París "ha mantenido un enfoque más intervencionista en sus antiguas colonias" que el Reino Unido, y esto "contribuye a la sensación de que el Gobierno francés apuntala a unas élites africanas dóciles y venales a expensas de la gente corriente que vive en esos países".
Mark Pursey, cuya empresa de relaciones públicas BTP Advisers asesoró a Bongo en su campaña de reelección, afirmó, citado por WSJ, que si bien los sondeos de su empresa apuntaban a una victoria de Bongo, le sorprendió la amplia ventaja presentada por el organismo electoral. Además, dijo que las encuestas detectaron un creciente sentimiento antifrancés en Gabón, así como preocupaciones por la salud del derrocado presidente, que sufrió un derrame cerebral hace unos años, y cansancio por el largo mandato de su familia.
¿Un golpe para Francia?
La primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, aseveró que presta "la máxima atención" a los acontecimientos en Gabón. Por su parte, el portavoz gubernamental Olivier Véran destacó que su país "condena el golpe militar en curso".
Mientras, la minera francesa Eramet, propietaria de la unidad minera de manganeso Comilog en Gabón, comunicó que había detenido todas sus operaciones en la nación, recoge Reuters citando a un portavoz de la compañía. Posteriormente, la empresa informó que reanudará gradualmente sus operaciones en el país africano.
Asimismo, tras conocerse los acontecimientos en el país, las acciones de las empresas Maurel & Prom, Eramet y TotalEnergies que operan en Gabón cayeron entre un 15 y un 20 %, reportan medios franceses.