La economía de Estados Unidos, considerada por muchos analistas como la más grande del mundo, se enfrenta con nuevos riesgos y obstáculos, que ponen en peligro la estabilidad del sector financiero del país. Este miércoles el Departamento del Trabajo de EE.UU. publicó el informe del índice de precios al consumo en agosto, y las cifras no son tan optimistas como se esperaba.
¿Qué pasa con la economía del país?
De acuerdo con los datos, el índice de precios al consumo (IPC) subió un 0,6 % en agosto respecto al mes anterior, la cifra más alta desde junio de 2022, frente al 0,2 % de julio. Los precios aumentaron un 3,6 % interanual, lo que supone una aceleración respecto al 3,2 % de julio, mientras los precios subyacentes (que excluyen los precios de los alimentos y la energía) crecieron un 4,3% interanual, frente al 4,7% del mes anterior.
Analistas de Bloomberg advierten que pese a que la inflación ha disminuido gradualmente en 2023, las tasas de crecimiento de muchas categorías, incluidos los alimentos y muchos servicios, siguen siendo elevadas dada la fuerte subida de los precios de la gasolina y la electricidad.
Asimismo, los costes de la vivienda también influyeron en el alza de los indicadores, avanzando por 40.º mes consecutivo y superando los pronósticos de los economistas de que esta categoría se ralentizará. Entre otros sectores turbulentos se encuentran las tarifas aéreas, los costes de los seguros de automóvil y los coches nuevos.
Por su parte, el Gobierno de EE.UU. confirmó que hasta el momento ha gastado más de 100.000 millones de dólares en ayuda a Ucrania mientras continúa su conflicto con Rusia, con planes para destinar más de nueve millones de dólares adicionales.
Además, a mediados de julio se reveló que el déficit presupuestario de EE.UU. casi se triplicó en los nueve primeros meses del año fiscal con respecto al año anterior. Los ingresos cayeron un 11 %, mientras que los gastos aumentaron un 10 %.
Amenazas ocultas tras la multimillonaria deuda nacional
El año anterior, la deuda nacional de EE.UU. superó los 30 billones de dólares. Desde la pandemia de covid-19 esta cifra aumentó en 89 %, ya que el Gobierno se vio obligado a centrarse en otras cuestiones importantes. Los economistas se dividieron en dos campos: los que consideran la deuda nacional como una amenaza, y aquellos que no ven ningún problema en pedir prestado cada vez más dinero.
Un informe de la Fundación de Peter G. Peterson publicado en junio de este año explicó por qué no se puede hacer la vista gorda ante el endeudamiento estatal. En primer lugar, el aumento drástico de los gastos por intereses (476.000 millones de dólares en 2022 y 1,4 billones pronosticados para 2033) recortaría la financiación de algunos programas sociales, desplazando así las inversiones públicas que pueden impulsar el crecimiento económico en esferas como la educación, la investigación, el desarrollo y la infraestructura.
Además, la deuda creciente afecta a las inversiones personales en negocios y aumenta las expectativas de mayores tasas de inflación y la incertidumbre en el dólar estadounidense. Los analistas de la Fundación también enfatizan que las cifras elevadas de la deuda nacional atan los manos al Gobierno, por lo que los políticos carecen de flexibilidad para responder a acontecimientos inesperados.
"La preocupación que tenemos […] no es si la deuda nacional debe utilizarse alguna vez", declaró Michael Peterson, presidente y director general de la organización. "Debería ser cómo se utiliza y cuánto se utiliza", agregó, subrayando que hoy en día la deuda se usa no solo para resolver los problemas urgentes, sino para cualquier asunto.
¿Peligros o puntos de crecimiento?
Por otra parte, algunos expertos no perciben ningún peligro grave en tal estado de las cosas, al contrario, lo califican de impulso para la economía nacional. De acuerdo con Kris Mitchener, profesor de Economía en la Escuela de Negocios Leavey de la Universidad de Santa Clara, la deuda tiene muchos propósitos útiles. "La deuda pública siempre se ha utilizado para emergencias. Es más fácil financiarse pidiendo prestado que cargar a la generación actual con impuestos", señala el especialista.
Para medir la gravedad de la deuda de un país, los economistas se basan en su ratio entre la deuda y el producto interno bruto (PIB). En cuanto a Estados Unidos, este índice constituye casi el 100 %, mientras que el nivel aceptable equivale al 70 %, algo que llevará entre 20 y 30 años alcanzarlo, según el Comité de Desarrollo Económico de Conference Board.
"La deuda ayuda a la economía porque permite acometer grandes iniciativas, como las infraestructuras", afirma Lori Esposito Murray, presidenta del Comité. "Puede asumir crisis como la pandemia, pero tiene que vigilar cuál es su ratio deuda/PIB, porque ese es realmente el indicador de estabilidad para saber si realmente puedes hacer frente al servicio de esta deuda o si estás inclinando la balanza", agregó.
Asimismo, el servicio de la deuda puede resultar difícil cuando los tipos de interés son más altos, y estos llevan elevándose desde marzo de 2022 por orden de la Reserva Federal con el objetivo de frenar la actividad económica. No obstante, algunos especialistas creen que el servicio de la deuda a un tipo de interés alto puede dar un estímulo al desarrollo económico.
Stephanie Kelton, profesora de Economía en la Universidad Stony Brook, opina que el aumento de los tipos de intereses alimenta con miles de millones de dólares de ingresos adicionales a los tenedores de bonos. "Así que las personas que tienen bonos del Estado, que pagan tipos de interés más altos, están recibiendo una enorme ganancia inesperada en forma de ingresos por intereses y esos ingresos se pueden gastar como cualquier otra forma de ingresos", subrayó.
El análisis de perspectivas, incluso en el nivel internacional
Actualmente, es casi imposible predecir las tendencias de evolución de la economía estadounidense. Por su parte, Ray Dalio, famoso inversor y fundador de Bridgewater Associates, llamó la atención sobre las próximas elecciones presidenciales, enfatizando que este período sería muy inestable y que probablemente habría malas condiciones económicas.
Asimismo, el magnate señaló que debido al crecimiento insostenible de la deuda, EE.UU. se aproxima a un importante punto de inflexión que cambiará el orden financiero. "En otras palabras, me parece probable que nos estemos acercando a una reestructuración de la deuda, o financiera o económica, que provocará un gran cambio en el orden financiero", escribió Dalio.
Según el economista John Rapley, en las dos últimas décadas, la economía estadounidense se ha hundido en el declive. Mientras que en los años 2000 el país representaba alrededor del 80 % de la producción económica mundial, esa cifra se ha reducido al 60 % hasta la fecha.
Además, el experto enfatiza la perdida de peso en la palestra internacional, mencionando los bloques regionales, como el BRICS y la OPEP, y China, que recientemente se han convertido en actores influyentes que han eclipsado política y económicamente a la potencia norteamericana.
En lo relacionado al gigante asiático, Rapley ofrece a EE.UU. revisar su enfoque y analizar qué amenazas son más peligrosas para el día de hoy, haciendo hincapié en las enfermedades y el cambio climático, temas que afectan a ambos hemisferios. Lo más importante para que Washington logre recuperarse, es que renuncie al intento de reconquistar su gloria pasada con el enfoque egocéntrico "Estados Unidos ante todo".