El Supremo de Brasil retoma de nuevo este miércoles el decisivo juicio para el futuro de centenares de tierras indígenas en proceso de demarcación, que por ahora va en victoria parcial para los nativos.
En el llamado "juicio del siglo", los 11 jueces de la máxima corte llevan desde 2021 deliberando si es válido el criterio del "marco temporal", según el cual solo pueden ser demarcadas las tierras cuyos habitantes demuestren que estaban ahí antes del 5 de octubre de 1988, día en que se promulgó la Constitución.
Eso significaría, en la práctica, que los pueblos que no puedan demostrar que ocupan sus territorios desde antes de esa fecha podrían ser expulsados.
El caso corre en paralelo a un proyecto de ley similar en trámite en el derechizado Congreso, donde tienen mucha fuerza los ruralistas, y desata las alarmas entre los pueblos ancestrales, los ambientalistas y los defensores de los derechos humanos.
Por ahora fue aprobado por los diputados y sigue avanzando en el Senado.
Marcador de 4 a 2 a favor de los indígenas
En sus nueve sesiones anteriores, alcanzaron a votar seis jueces, cuatro de los cuales votaron en contra del 'marco temporal' y dos a favor de limitar el reconocimiento de las tierras indígenas, consideradas por los expertos como una barrera contra la deforestación.
Así que son necesarios dos votos –de los cinco restantes– para formar la mayoría de seis a favor de rechazar la tesis del 'marco temporal'.
Como en las ocasiones anteriores, la sesión genera mucha expectativa en Brasilia, acrecentada esta vez por la posibilidad de que se llegue a un veredicto y que este sea favorable a los indígenas.
Cientos de indígenas volvieron a concentrarse en la capital, donde el icónico edificio del STF –una de las tres sedes de los poderes arrasadas en los ataques bolsonaristas del pasado 8 de enero– quedó fuertemente custodiada por las fuerzas de seguridad. En varias ciudades, como Belo Horizonte, se registraron protestas de los nativos, con bloqueos de carreteras.
En concreto, el STF juzga el caso del territorio Ibirama-Laklano, en el estado de Santa Catarina (sur), que en 2009 perdió su estatus de reserva después de que una instancia inferior acogiera el argumento de que los grupos no estaban viviendo allí en 1988.
Pero su veredicto tendrá lo que en Brasil llaman "repercusión general" y podría afectar a unas 250 tierras en disputa, de las 750 reservas existentes, sean reconocidas o no.
Un estudio publicado por el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM, por sus siglas en portugués) sostiene que la eventual aprobación del "marco temporal" supondría la deforestación de entre 23 y 55 millones de hectáreas.
El eterno conflicto de tierras
Todo es parte del eterno conflicto por tierras en Brasil. Los indígenas afirman que la Constitución les reconoce sus derechos sobre sus tierras ancestrales, sin prever ningún "marco temporal".
Y sostienen que en varios periodos fueron desplazados de sus territorios, especialmente durante la dictadura militar (1964-1985), así que en muchos casos les sería imposible determinar su presencia en 1988.
Del otro lado están los ganaderos y los latifundistas del pujante sector agropecuario, que opinan que los 900.000 indígenas que viven en Brasil ya ocupan demasiado territorio —un 13 % de su enorme extensión—, y que si no se establece el "marco temporal", esa cifra crecería mucho.
Además, sostienen que ese criterio pondría fin a infinitud de disputas territoriales y contribuiría a pacificar el campo.
Lula vs Bolsonaro
Un eventual rechazo a la tesis del 'marco temporal' supondría un nuevo soplo de aire fresco para los indígenas, muy golpeados en el mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro, quien llegó al poder aupado en parte los ruralistas y cumplió su promesa de no demarcar "ni un centímetro más" de tierra para los indígenas.
Su situación cambió mucho con la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva al poder, quien retomó las demarcaciones de tierras, está logrando reducir la deforestación y otros crímenes ambientales, e incluso creó el Ministerio de Asuntos Indígenas, cuyas atribuciones fueron recortadas recientemente por una maniobra en el Congreso.
El asunto es un divisor de aguas entre el lulismo y la oposición bolsonarista. De hecho, los dos únicos jueces que por ahora votaron a favor de limitar las demarcaciones son los que fueron nombrados por el exmandatario.