El Supremo de Brasil desató este jueves un gran alivio entre los indígenas al darles la razón en un decisivo juicio que asegura el futuro de centenares de tierras en proceso de demarcación.
En el llamado "juicio del siglo", el Supremo Tribunal Federal (STF) formó mayoría de nueve de los once jueces para invalidar el criterio del "marco temporal", según el cual solo pueden ser demarcadas las tierras cuyos habitantes demuestren que estaban ahí antes del 5 de octubre de 1988, día en que se promulgó la Constitución.
El caso, que empezó a ser juzgado en 2021, es muy sensible, porque una decisión favorable al marco temporal hubiera abierto las puertas a la expulsión de los pueblos indígenas, considerados la mejor barrera contra la deforestación de las tierras, habitadas tradicionalmente por ellos.
Y porque opone a indígenas y defensores del medio ambiente, apoyados por el presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, contra el poderoso 'lobby' de los ruralistas, secundados por el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
Grupos indígenas celebraron la decisión bailando y cantando frente a la sede del STF, en Brasilia.
"Tiene que haber un vínculo"
Al inicio de la sesión, el marcador estaba 5 a 2 a favor de los indígenas, y la mayoría de seis se concretó con el voto de Luiz Fux y se amplió con los de Cármen Lúcia, Gilmar Mendes y Rosa Weber.
El juez Dias Toffoli sumó el quinto apoyo contrario al "marco temporal" en la sesión del miércoles, que solo contó con su extensísimo voto, en el que aseguró que los indígenas tienen asegurada por Constitución la preservación de su modo de vida.
"La Constitución no optó por la teoría de la posesión inmemorial. Tiene que haber un vínculo. Ahora bien, ese vínculo no necesariamente está en el marco del 5 de octubre de 1988", afirmó Toffoli, quien dijo que este es uno de los juicios "más importantes de la historia de Brasil", dijo.
Como en las ocasiones anteriores, la sesión generó mucha expectativa en Brasilia. Los cientos de indígenas que se concentraron ante el icónico edificio del STF en Brasilia para seguir la sesión a través de una gran pantalla estallaron de alegría tras el voto de Fux, con gritos, cánticos y bailes.
Una decisión con "repercusión general"
En concreto, el STF juzga el caso del territorio Ibirama-Laklano, en el estado de Santa Catarina (sur), que en 2009 perdió su estatus de reserva después de que una instancia inferior acogiera el argumento de que los grupos no estaban viviendo allí en 1988.
Pero su veredicto, cuyos términos y condiciones serán definidos cuando terminen de votar los once jueces, tiene lo que en Brasil llaman "repercusión general". Es decir, afecta a unas 250 tierras en disputa, de las 750 reservas existentes, sean reconocidas o no.
Entre los jueces hay divergencias en cuanto a los términos a determinar, entre ellos las indemnizaciones que deben pagarse a propietarios que ocuparon tierras indígenas "de buena fe", sin usurpación o conflicto.
El caso corre en paralelo a un proyecto de ley similar en trámite en el derechizado Congreso, donde tienen mucha fuerza los ruralistas, y desata las alarmas entre los pueblos ancestrales, los ambientalistas y los defensores de los derechos humanos.
Por ahora fue aprobado por los diputados y sigue avanzando en el Senado.
El eterno conflicto de tierras
Todo es parte del eterno conflicto por tierras en Brasil. Los indígenas afirman que la Constitución les reconoce sus derechos sobre sus tierras ancestrales, sin prever ningún "marco temporal".
Y sostienen que en varios periodos fueron desplazados de sus territorios, especialmente durante la dictadura militar (1964-1985), así que en muchos casos les sería imposible determinar su presencia en 1988.
Del otro lado están los ganaderos y los latifundistas del pujante sector agropecuario, que opinan que los 900.000 indígenas que viven en Brasil ya ocupan demasiado territorio —un 13 % de su enorme extensión—, y que si no se establece el "marco temporal", esa cifra crecerá mucho.
Para ellos, ese criterio hubiera puesto fin a infinitud de disputas territoriales y contribuido a pacificar el campo.
Nuevos tiempos para los indígenas
La decisión de este jueves es una nueva victoria para los indígenas, muy golpeados en el mandato de Bolsonaro, quien llegó al poder aupado en parte por los ruralistas y cumplió su promesa de no demarcar "ni un centímetro más" de tierra para ellos.
Su situación cambió mucho con la llegada de Lula al poder, quien retomó las demarcaciones de tierras, está logrando reducir la deforestación y otros crímenes ambientales, e incluso creó el Ministerio de Asuntos Indígenas, cuyas atribuciones fueron recortadas recientemente por una maniobra en el Congreso.
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