El inesperado protagonismo político que en escasos meses alcanzó el candidato ultraderechista a la presidencia de Argentina, Javier Milei, revivió las campañas que promueven la impunidad de los miles de represores que cometieron delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar (1976-1983).
La candidata a vicepresidenta de Milei, Victoria Villarruel, encabeza la estrategia que busca presentar a criminales condenados como víctimas. De hecho, es autora de 'Los otros muertos', un libro en el que los reivindica y ha sido una asidua visitante de los militares condenados.
Milei también forma parte de este relato, ya que durante uno de los debates se negó a reconocer los crímenes y los denominó como "excesos", mismo argumento usado por los dictadores.
El afán de defender a los represores contrasta con el reconocimiento que Argentina ha logrado en materia de derechos humanos a nivel internacional, ya que es el país que ha condenado al mayor número de criminales de lesa humanidad, y con tribunales propios, no internacionales.
De acuerdo con los datos oficiales, hasta ahora hay 1.196 militares, policías, civiles y eclesiásticos condenados por secuestros, torturas, desapariciones, asesinatos y robo de niños. Además, están en marcha 18 juicios.
Esta semana, Villarruel volvió a ser tendencia en redes sociales debido a la difusión de un video en el que critica el proceso de memoria, verdad y justicia que han encabezado los organismos de derechos humanos de Argentina que tienen prestigio a escala global.
"Todo lo que han escuchado en los últimos 40 años de la República Argentina referido a su pasado es falso. Todo lo que han escuchado de la Argentina ha sido construido por la izquierda, por las Madres de Plaza de Mayo, por las Abuelas", dijo.
También aseguró que en la "versión" de que los militares cometieron crímenes que deben ser juzgados participaron las guerrillas de Montoneros y del Ejército Revolucionario del Pueblo que se alzaron en armas en los años 70.
"Ni Argentina está en la vanguardia de los derechos humanos, ni las Madres y Abuelas son blancas palomas", dijo al denostar a las mujeres que se convirtieron en activistas a la fuerza, al buscar a sus hijos y nietos desaparecidos por los represores.
Presión
A la presión mediática a favor de los condenados se sumó otra de sus defensoras más conocidas, Cecilia Pando, quien afirmó que es necesario que se "resuelvan" las "detenciones ilegales" de "las personas que lucharon contra el terrorismo".
"Militares y fuerzas de seguridad, civiles y policías están ilegalmente detenidos por los llamados delitos de lesa humanidad, se les violan sistemáticamente sus garantías constitucionales, se les acusa de delitos inexistentes en el momento de los hechos, se les aplica la ley penal de forma retroactiva, se les viola la igualdad ante la ley y se les aplican prisiones preventivas eternas", afirmó en un video que difundió en sus redes sociales.
Aunque esta es la teoría que defiende desde hace décadas, Pando afirmó que hoy es más necesario que nunca que liberen a los condenados por delitos de lesa humanidad para que militares y policías no tengan miedo de terminar presos igual que ellos cuando repriman las protestas sociales que previsiblemente habrá durante un eventual gobierno de Milei.
"Urge solucionar este tema porque probablemente la Argentina que se viene va a tener que tomar medidas no gratas que traen aparejadas un incremento de conflictividad social que tal vez requiera la participación de fuerzas de seguridad y Fuerzas Armadas para restablecer el orden, y esta participación no será posible si no se resuelve el tema de detenciones ilegales a aquellas personas que lucharon contra el terrorismo", dijo.
A Villarruel y a Pando se sumó Jorge "El Tigre" Acosta, el destituido capitán de fragata que fue uno de los jefes de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los centros clandestinos de detención más grandes que hubo en América Latina, y quien cumple una condena a cadena perpetua.
Desde prisión, el represor escribió una carta en la que respaldó las políticas de Milei y su posición sobre los crímenes de la dictadura.
"Se aproxima la hora del conocimiento de la verdad, pero no la que se dice que es la verdad que surgió de juicios manejados por la 'patria socialista'", celebró en la misiva que fue publicada por el diario Página 12.