El tope al precio del petróleo ruso de 60 dólares por barril, impuesto en diciembre pasado por el G7 y la UE a las ventas de petróleo ruso transportado por mar, no está funcionando, informa Bloomberg con referencia a sus cálculos con base en los datos del Ministerio de Finanzas ruso.
De acuerdo con una investigación, casi todas las cargas de hidrocarburos rusos transportadas por vía marítima el mes pasado superaron el umbral establecido por Occidente. Además, Bloomberg ha señalado que "los ingresos brutos de las tres principales fuentes tributarias de petrodólares casi se duplicaron entre abril y octubre, llegando a más de 13.000 millones de dólares el mes pasado". Con ello, las ganancias de las exportaciones marítimas del petróleo ruso en octubre "superaron las de cualquier mes de 2021", antes del inicio de la operación militar especial de Moscú en Ucrania.
Además, el medio ha señalado que el mes pasado "las refinerías rusas no recibieron ningún subsidio para el suministro interno de combustible, lo que contribuyó a un aumento sustancial en los ingresos netos petroleros de Rusia" durante este período. Bloomberg también se ha referido a un análisis del Instituto KSE ucraniano para afirmar que en octubre "casi todos los cargamentos marítimos rusos se compraron por encima" del umbral de los 60 dólares por barril.
El G7, la UE y Australia establecieron el límite al precio del petróleo ruso transportado por mar con el fin de "restringir la principal fuente de ingresos" de Rusia y preservar "al mismo tiempo la estabilidad del suministro energético mundial". No obstante, ya en repetidas ocasiones, se ha informado de que estas sanciones no pueden alcanzar sus objetivos. Así, en septiembre se reportó que el G7 y sus aliados suspendían sus revisiones periódicas del tope al precio del petróleo ruso, ya que el incremento de los precios mundiales del crudo y la decisión de Rusia de acudir a los servicios de empresas transportistas no occidentales, convirtieron este mecanismo restrictivo occidental en un esquema inoperante.