Los trabajadores de prensa de Argentina se encuentran en estado de alerta luego de que el presidente electo Javier Milei anunciara que privatizará los medios públicos, lo que afectaría a alrededor de 4.000 reporteros, fotógrafos, camarógrafos, diseñadores, editores y personal administrativo.
Según las estimaciones, una medida de esa naturaleza impactaría a Radio Nacional, medio fundado en 1937; la Agencia Télam (1945) y la Televisión Pública (1951), que tienen sus sedes centrales en Buenos Aires pero con oficinas en todo el país.
"La Televisión Pública se ha convertido en un mecanismo de propaganda, durante la campaña, el 75 % del tiempo que se habló de nuestro espacio se hizo de una manera muy negativa, abonando la campaña sucia, la campaña del miedo", argumentó Milei para justificar la venta de los medios públicos.
"No adhiero a esas prácticas de tener un Ministerio de Propaganda encubierto. Tiene que ser privatizado, lo mismo con Radio Nacional, todo lo que pueda estar en manos del sector privado, va a estar en manos del sector privado", dijo al añadir a Télam, medio que gracias a sus luchas sindicales revirtió el despido masivo que había ordenado el Gobierno de Mauricio Macri.
En respuesta a las advertencias de Milei, la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires ya comenzaron a organizar desde este martes asambleas en los medios afectados, bajo el lema: "sin medios públicos no hay democracia".
Importancia
Además, las directoras de Radio y Televisión Argentina, Rosario Lufrano; la agencia Télam, Bernarda Llorente; Radio Nacional, Alejandro Pont Lezica; la Televisión Pública, Claudio Martínez; y la gerenta general de Contenidos Públicos, Jésica Tritten, repudiaron el anuncio del presidente electo.
"Esta posición demuestra un gran desconocimiento del rol que cumplen [los medios públicos] en la construcción democrática", dijeron en un comunicado en el que enumeraron los motivos por los que deben existir: calidad de los contenidos, respeto a la audiencia y garantía de información como derecho, no como mercancía.
También destacaron que, a diferencia de los medios privados, los estatales cubren todo el territorio nacional y a partir de premisas de pluralidad, diversidad e inclusión.
Por otra parte, agregaron que cumplen el mandato de servicio público establecido por las leyes y rinden cuentas a la ciudadanía y a los órganos de control.
"La producción de contenidos formativos e informativos (está) regida por el interés público y no por estándares comerciales", señalaron al destacar que promueven agendas ausentes o de poca presencia en la lógica comercial.