El presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, se vio envuelto en una "amarga disputa política" bipartidista en su último viaje a EE.UU., recoge una columna publicada este sábado en The Washington Post.
De acuerdo con la nota, Zelenski tuvo que evadir nuevamente el "fuego cruzado de la política estadounidense", en medio de debates en el Congreso sobre la asignación de más apoyo económico y militar al régimen de Kiev. Según Alina Polyakova, directora del Centro de Análisis de Políticas Europeas, con sede en Washington, el mandatario no quería "parecer partidista y estar trabajando mano a mano con Bien, aunque sea así".
Durante semanas, la Administración del presidente Joe Biden y los republicanos de la Cámara de Representantes han estado estancados en discusiones sobre un paquete que incluye más de 61.000 millones de dólares para Ucrania. Sin embargo, el ala republicana exige que los fondos estén vinculados a una política más dura de seguridad fronteriza e inmigración.
Este contexto ha dejado a Zelenski y a Ucrania en una posición "potencialmente peligrosa", atrapados en un enfrentamiento político entre demócratas y republicanos en un clima de campaña electoral ante las próximas elecciones presidenciales en EE.UU., subraya la publicación.
"El presidente ucraniano, actor de profesión, esperaba que su visita personal (y su poder estelar) pudiera dejar claro la urgencia de su solicitud e inspirar una acción bipartidista. Pero los oponentes no cedieron", escribió la autora del artículo, aseverando que aprobar el paquete este año es "casi imposible". En esa línea, agregó que la situación ucraniana "parece aún más preocupante" luego de que los líderes de la UE no lograron aprobar su propio paquete de ayuda de 50.000 millones de euros (54.500 millones de dólares) tras el veto de Hungría.
Un representante anónimo del Congreso estadounidense, citado por el periódico, describió a Zelenski como "tranquilo, sereno, pero comprensiblemente abatido" a su llegada a Washington. "Estaba en el punto de la mira de la política interna", dijo.
Después de casi dos años de conflicto y ahora con el desafio de navegar las disputas internas en Washington, el mandatario ucraniano "no tenía el entusiasmo habitual", debido al curso de las operaciones militares de su Ejército y a la necesidad de resolver las contradicciones internas del país norteamericano.