EE.UU. está considerando opciones para deshacerse de cientos de misiles de largo alcance ATACMS M39 y M39A1, fabricados por la empresa armamentista norteamericana Lockheed Martin, que empiezan a caducar pero aún pueden ser utilizados, de manera que podrían ser enviados a Ucrania, informa Newsweek.
Según Daniel Rice, exasesor especial del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeri Zaluzhny, esos misiles siguen siendo "excelentes armas legales de racimo de alta precisión", para cuya eliminación se gastarían "importantes" fondos de los contribuyentes estadounidenses. Por ello, Rice propone transferirlos a Ucrania, donde podrían utilizarse de forma "muy eficaz" contra las fuerzas rusas.
Insistió en que la fecha de caducidad de ese tipo de armas no representa un problema. "Funcionan", afirmó, agregando que, además, "añaden un alcance, precisión y letalidad" de los que carece el Ejército ucraniano.
En ese contexto, señaló que con un mayor suministro de misiles ATACMS, las fuerzas de Kiev podrían interrumpir el aprovisionamiento bélico ruso y atacar objetivos claves en territorios controlados por Rusia.
Ben Hodges, excomandante del Ejército estadounidense en Europa, afirmó que un misil podría tener más años de vida que los señalados en la fecha de caducidad. Según dijo, no enviar esos misiles por la fecha de caducidad sería más una decisión política que de seguridad.
Con esa apreciación coincidió Fabian Hinz, investigador especializado en defensa y análisis militar del Medio Oriente en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, quien apuntó que una determinada vida útil no siempre es un indicador preciso de si un misil es funcional.
En octubre, la Embajada rusa en Washington reveló el costo que supuso para el presupuesto de EE.UU. el derribo de dos misiles estadounidenses ATACMS suministrados a Ucrania.
"Casi 2 millones de dólares del dinero de los contribuyentes se desvanecieron en el aire", comentó la legación en un tuit.