El presidente de Argentina, Javier Milei, protagonizó varios ataques a mujeres periodistas en menos de 10 días, lo que desató una oleada de repudio y mensajes de preocupación por parte de las colectivos periodísticos del país sudamericano.
Silvia Mercado y Luisa Corradini, periodistas del medio oficialista La Nación; y María O'Donnell, conductora en la radio Urbana Play, fueron las víctimas más recientes del mandatario, quien, a través de sus redes sociales, ataca a las personas que osen criticarlo o se equivoquen al ofrecer alguna información.
Además, el presidente, que es un usuario asiduo de las redes sociales, está pendiente de todo lo que se dice sobre él y suele reaccionar incluso por temas menores.
Fue el caso, por ejemplo, de Mercado, quien en un programa del canal de La Nación afirmó que los perros de Milei ya estaban viviendo en la residencia presidencial de Olivos, un barrio ubicado en la provincia de Buenos Aires.
"Es escandalosa la impunidad con la que inventan y operan mentiras algunos periodistas (en especial la que emite la noticia quien hace este tipo de cosas regularmente). Ninguno de mis perros está en Olivos. Sería bueno que el periodismo le dedique un poco más de tiempo a los graves problemas del país y a la necesidad de aprobar las reformas para evitar la crisis que heredamos y menos tiempo a cuestiones de índole privada", escribió el presidente.
La periodista advirtió que esperaba una disculpa del mandatario y aclaró que había obtenido esa información por parte de una fuente oficial, lo que le valió otro ataque. "La mentirosa de 'la periodista' se aferra a su mentira", insistió Milei.
Sin freno
Luego vino el turno de Corradini, quien en una nota de La Nación explicó que el discurso de Milei en el Foro Económico Mundial de Davos había generado estupor y risas en una sala que ni siquiera se llenó.
"Pero me contaron que la mentirosa de Luisa Corradini, que trabaja para los operadores de La Nación, dijo que en mi exposición la sala estaba vacía... Parece que tienen una obsesión para mentir, calumniar, difamar y decir todo tipo de barbaridad si se trata de mí", escribió el presidente.
El viernes, el ataque fue para O'Donnell, una reconocida periodista y escritora que en su programa radial reportó que, a su vuelta de Davos, Milei viajaría a la residencia oficial en un helicóptero, aunque minutos después aclaró que lo haría en una camioneta.
"María O'Donnell, el presente video de mi llegada a Ezeiza y saliendo en una camioneta deja en evidencia que has mentido con el objetivo de ensuciar. 'Periodistas' mintiendo... un clásico de la progresía argenta", escribió el presidente, en el inicio de una catarata de post que insultaban a la comunicadora.
Milei ya arrastra un historial de actitudes violentas contra las periodistas. En junio de 2018, por ejemplo, insultó a Teresita Frías, una reportera que le preguntó sobre los resultados de las políticas del economista John Maynard Keynes.
"Lo que dijiste es una burrada. Hablaste de algo que no sabés, ¿de qué me venís a hablar? ¡La totalitaria sos vos que te ponés a opinar de cosas que no sabés un carajo!", le gritó durante una conferencia de prensa.
Un año más tarde, durante un programa de televisión, incluso hizo llorar a Sol Pérez, una panelista que defendió el papel del Estado frente al desprecio de Milei, quien la acusó de "ladrona" y "violenta".
"Me voy a retirar porque no voy a compartir una mesa con esta persona", advirtió Pérez después de mostrar una serie de mensajes obscenos en su contra que Milei había compartido.
Condenas
El resultado inmediato de cada agresión de Milei es que sus seguidores comienzan a atacar en masa a las periodistas involucradas con mensajes plagados de insultos que, a su vez, son reposteados por el presidente.
Por ello, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), la Academia Nacional del Periodismo, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) y Periodistas Argentinas condenaron la actitud del presidente.
"El tenor de esas críticas contribuye a exacerbar el clima de hostilidad e intolerancia contra el periodismo", señaló Fopea, al explicar que las descalificaciones que el mandatario profiere de manera "inusitada y desproporcionada" afectan la libertad de expresión y provocan intimidación y autocensura.
Adepa, por su parte, reiteró que "el insulto o la estigmatización no constituyen la vía legítima para confrontar, criticar o aún desmentir una información".
La Academia Nacional de Periodismo precisó que todos los ciudadanos tienen el derecho de aclarar o de directamente desmentir una información periodística, pero existe también el deber de todos los protagonistas de la vida pública "de cuidar las formas y de preservar el trato respetuoso entre las personas".
Desde la agrupación Periodistas Argentinas, alertaron sobre las consecuencias que para el ejercicio del periodismo, la libre expresión y la democracia tienen los discursos de odio emitidos por el presidente, siempre a periodistas mujeres, "en una muestra de debilidad y sin razón, como todo acto autoritario".