El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, visita estos días Brasil y Argentina, dos socios importantes en la región sudamericana y políticamente distanciados.
La visita tiene como telón de fondo el conflicto en Franja de Gaza y la creciente crisis diplomática entre Israel y Brasil por las declaraciones del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien comparó la situación del enclave palestino con el Holocausto.
La actitud de Lula contrasta diametralmente con la del presidente argentino, Javier Milei, quien hace poco visitó el país hebreo y selló su alianza con el gobierno de Benjamín Netanyahu.
En este contexto, Lula se reunió este miércoles durante casi dos horas con Blinken en Brasilia. "Fue una gran reunión y EE.UU. y Brasil están haciendo cosas importantes juntos", dijo el diplomático estadounidense.
Según el diario Folha de Sao Paulo, Blinken que defendió la creación del Estado palestino, una posición que también defiende Brasil.
Por su parte, el líder brasileño detalló que hablaron del G20, de la iniciativa para mejorar las condiciones de los trabajadores que lanzó con su homólogo Joe Biden, de la protección del medio ambiente, la transición energética, la ampliación de los lazos de inversión y cooperación entre ambos países y sobre la paz en Ucrania y Gaza.
Lula viajó a EE.UU. dos veces en 2023 -en febrero y septiembre-, y en ambas ocasiones se encontró con Biden, que aún no visitó el gigante latinoamericano. Ambos mandatarios comparten opiniones sobre el cambio climático, los derechos laborales y el fortalecimiento de las democracias. Pero ahora el panorama es especialmente delicado.
El presidente brasileño dijo el domingo que lo que ocurre Franja de Gaza es comparable al Holocausto, porque se trata de "una guerra de un Ejército altamente preparado contra mujeres y niños". Israel declaró "persona non grata" al mandatario brasileño y desde entonces la situación no ha hecho más que complicarse.
EE.UU., principal aliado internacional de Israel, comentó que no está de acuerdo con la posición de Lula y negó un "genocidio" en la Franja de Gaza. De hecho, el martes vetó por tercera vez una propuesta de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que pedía un alto el fuego en el enclave palestino.
Gaza no es el único tema sobre el que Brasil y EE.UU. tienen diferencias. Sobre la mesa también está el conflicto en Ucrania o la situación en Venezuela. El presidente brasileño ya marcó distancias con Biden en su intento de aislar a Rusia, y expresó su deseo de que su homólogo ruso, Vladímir Putin, asista a la conferencia de líderes del G20 en Río de Janeiro.
Por otro lado, Lula se reunió con el mandatario Nicolás Maduro en mayo del año pasado y ambos líderes relanzaron las relaciones bilaterales, afectadas por los anteriores gobiernos de derecha en Brasil.
La relación entre EE.UU. y Venezuela atraviesa un momento tenso, tras la inhabilitación de la opositora María Corina Machado, por haber cometido delitos graves contra la paz en el país y la amenazas de Washington de no renovar las licencias expedidas en 2023 para permitir transacciones limitadas por el petróleo, gas y oro venezolano.
El jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina, Brian Nichols, habló esta semana sobre los "importantes lazos" de Brasil con Venezuela y de "la capacidad" de Brasilia para "hacerle llegar mensajes claves" a Caracas.
Tras su encuentro con Lula, Blinken participará este miércoles en la reunión de los países miembros del Grupo de los 20 en Río de Janeiro, donde coincidirá con el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.
"Aliado y socio clave"
El jueves, el diplomático viajará a Buenos Aires para reunirse con Milei. Está previsto que hablen de "temas bilaterales y globales", incluyendo el crecimiento económico sostenible, el compromiso compartido con los derechos humanos y la gobernanza democrática". También discutirán sobre "minerales críticos y la mejora del comercio y la inversión que beneficia a ambos países".
La visita de Blinken se produce después de que este mismo mes viajase al país suramericano el subsecretario de Estado de EE.UU., Brian Nichols, quien calificó a Argentina como "un aliado y socio clave para los EE.UU.".
Nichols también alabó el Gobierno de Milei, que intenta aplicar un severo plan de ajuste, que incluye recortes en subsidios y la eliminación de controles de precios, con un evidente impacto entre los más desfavorecidos. "Estoy muy bien impresionado por la energía, los cambios en curso en el país y la determinación y los esfuerzos de los argentinos de mejorar la situación y de seguir adelante", aseguró el funcionario norteamericano.
Esta misma semana, Marco Rubio, senador republicano por el estado Florida de EE.UU., resaltó que gracias al Milei, Argentina se ha convertido nuevamente en "un fuerte aliado" de Washington y de Israel.
"Con la ministra de Asuntos Exteriores, Diana Mondino, y el presidente, Javier Milei, el gobierno de Argentina es una vez más un fuerte aliado de EE.UU. e Israel y un oponente de los marxistas, los regímenes terroristas y los narcodictadores en todas partes", dijo Rubio en la red social X, tras visitar Buenos Aires.
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