Los países miembros de la Unión Europea deben destinar el interés de los activos rusos, congelados en Europa tras el inicio del conflicto bélico en Ucrania, para la asistencia militar a Kiev, ha declarado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
"Ha llegado el momento de iniciar una conversación sobre el uso de los beneficios extraordinarios de los activos rusos congelados para comprar conjuntamente equipos militares para Ucrania", afirmó la alta funcionaria ante el Parlamento Europeo este miércoles.
- En 2022, la UE, EE.UU., Japón y Canadá congelaron unos 300.000 millones de dólares en activos del Banco Central ruso en respuesta al operativo militar iniciado por Moscú en Ucrania. Unos 200.000 millones se encuentran en Europa, principalmente en el depositario belga Euroclear. Los líderes de varios países occidentales expresaron en reiteradas ocasiones su deseo de confiscar los activos rusos congelados y usarlos para las necesidades de Kiev.
- El Kremlin advirtió en diciembre pasado que, si se incautan ilegalmente los activos rusos, se afectará al sistema financiero global y que habrá consecuencias jurídicas y una respuesta de parte de Moscú. "El tema no es aceptable" para las autoridades rusas, y es "peligroso para el sistema financiero mundial", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
La propuesta de la funcionaria tiene como objetivo propulsar la industria de defensa europea en los próximos cinco años e imponer un nuevo sistema de compras en el sector para modernizar las Fuerzas Armadas y prepararlas para una posible guerra, explicó.
De esta manera, Von der Leyen llamó a los países miembros a "actuar rápido" ante las amenazas a su "seguridad, prosperidad y modo de vida que se presentan en muchas formas", como es el caso de Rusia.
"El riesgo de guerra puede no ser inminente, pero no imposible. No se deben exagerar los riesgos de guerra, pero sí hay que prepararnos para ellos", dijo, subrayando la "urgente necesidad de reconstruir, reponer y modernizar las Fuerzas Armadas de los Estados miembros".
Además, destacó que una mayor soberanía europea no afectaría a la OTAN sino que reforzaría la Alianza, con la necesidad de impulsar el desarrollo y fabricación de la "nueva generación de capacidades operativas para ganar batallas" y conseguir la "suficiente cantidad de material y superioridad tecnológica" que se pueda necesitar en el futuro. "Esto significa propulsar nuestra capacidad industrial de defensa en los próximos cinco años", expresó, señalando para ello "gastar más, gastar mejor, gastar lo europeo".
El Ejecutivo europeo presentará en las próximas semanas algunas propuestas sobre la primera estrategia industrial europea de defensa, informó. Von der Leyen precisó que uno sus objetivos será dar prioridad a la contratación conjunta en defensa, a semejanza de lo que se hizo con el abastecimiento de vacunas y de gas natural. "Esto nos ayudará a reducir la fragmentación y aumentar la interoperabilidad", explicó.
También aseguró que se estudiará la manera de facilitar acuerdos de compra en el sector armamentista para dar a las empresas garantías de pedidos estables y de "previsibilidad a largo plazo". Esto requerirá de mayor acceso al capital tanto público como privado para financiar la industria de defensa europea, en particular las empresas medias y pequeñas que describió como "espina dorsal" de la industria.
La presidenta destacó la experiencia combativa de Ucrania en el conflicto con Rusia para anunciar los planes de establecer una oficina de innovación en defensa en Kiev, la capital ucraniana.