La directora ejecutiva de la empresa depositaria de valores Euroclear, Valérie Urbain, cree que en las próximas semanas la Comisión Europea tomará una decisión sobre la incautación de los activos rusos congelados en las cuentas de la compañía belga. Se trata de un total de 200.000 millones de euros en valores que generaron 1.600 millones de euros en intereses solo en el primer trimestre de 2024.
"A la Comisión Europea le gustaría utilizar estos intereses para apoyar la reconstrucción de Ucrania o para comprar armas", admitió Urbain en una entrevista con el periódico L'Echo. Para Euroclear se trata de decisiones políticas y "cuanto más lejos estemos de estas decisiones, mejor", porque implican riesgos para el futuro del negocio y su balance.
"Es una cuestión de seguridad jurídica", valora la ejecutiva. "Una decisión así [a favor de la confiscación] tendría un impacto muy negativo no solo en Euroclear, sino también en los mercados financieros en general". Significaría —a su juicio— "que ya no se respeta la ley" y, si otros clientes se dan cuenta de ello y del riesgo de perder activos, "se abre una caja de Pandora". "Esto podría llevar a los grandes inversores internacionales a alejarse de Europa", resumió Urbain.
Más de 100 empleados de la compañía de servicios financieros gestionan los activos rusos a diario, detalló. Se ha convertido en su función manejar los numerosos pleitos judiciales reaccionando "constantemente ante nuevos documentos, nuevas sanciones [occidentales] y contrasanciones rusas".
Tanto los inversores privados como institucionales rusos demandan exigiendo su dinero de vuelta, algo que obliga a la empresa a recurrir a varios bufetes de abogados, siendo "bastante pequeño" el nivel de probabilidad de que Euroclear gane estos procesos, según la directora ejecutiva.
La junta directiva y los accionistas de Euroclear comparten la postura favorable a la conservación y no distribución de los ingresos vinculados a la tenencia de activos rusos. "Probablemente, Rusia nunca aceptará las decisiones occidentales", admitió Urbain, quien se opone a la confiscación.