EE.UU. tendrá que "reconsiderar" sus relaciones con Georgia si el polémico proyecto de ley sobre agentes extranjeros, que desató protestas masivas, entra en vigor, declaró este martes la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
La vocera dijo durante una rueda de prensa que Washington está "profundamente preocupado" por la ley, calificándola de "al estilo del Kremlin". El proyecto de ley "va en contra de los valores democráticos y alejaría aún más a Georgia de los valores de la Unión Europea y, no lo olvidemos, también de la OTAN", sostuvo Jean-Pierre.
"Veremos qué hace el Parlamento, pero si esta legislación se aprueba, nos obligará a reconsiderar fundamentalmente nuestra relación con Georgia", destacó.
EE.UU. puede adoptar restricciones
Mientras tanto, el subsecretario de Estado de EE.UU. para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, James O'Brien, advirtió este martes de que Washington recurrirá a "restricciones" si se aprueba la ley.
"Si la ley sigue adelante fuera de la conformidad con las normas de la UE y se socava la democracia aquí y hay violencia contra manifestantes pacíficos [...], entonces veremos restricciones procedentes de Estados Unidos. Suelen ser restricciones financieras o de viaje para los individuos responsables de esas acciones y sus familias", declaró. Al mismo tiempo, reiteró que quiere que Georgia tenga "un camino pacífico continuo hacia la UE y la OTAN con una democracia sólida".
A su vez, el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Vedant Patel, afirmó que el Gobierno de Georgia "necesita cambiar el rumbo".
"El Gobierno de Georgia ha declarado que desea ingresar en la UE y tener relaciones con organizaciones transatlánticas como la OTAN. […] Cosas como esta legislación son inconsistentes con ese objetivo declarado", sostuvo.
En ese contexto, afirmó que EE.UU. valora su relación con Georgia y que le gustaría "seguir profundizando en esa colaboración". "Todavía hay tiempo para trabajar en colaboración", destacó.
Polémica en torno a la ley
El proyecto de ley implica garantizar la transparencia de la "influencia externa" mediante la creación de un registro de organizaciones que promueven los intereses de fuerzas externas, que incluirá a todas las organizaciones sin fines de lucro y medios de comunicación cuyas actividades estén financiadas en más del 20 % desde el exterior. La negativa de inscribirse en el registro se castigará con multas.
La oposición criticó el proyecto de ley y lo calificó de "ley rusa", ya que acusaba al partido gobernante de haberse inspirado en una ley similar aprobada en Rusia en 2012. En respuesta, los impulsores del texto argumentaron que se inspiraron en la Ley de Registro de Agentes Extranjeros de EE.UU., aprobada en 1938 y mucho más estricta. Leyes parecidas también rigen en Hungría, Israel y Australia, entre otros países.
Las misiones de la UE y de la Embajada de EE.UU. en Georgia también critican la iniciativa, diciendo que el proyecto de ley obstaculizará la adhesión del país a la Unión Europea.
Este martes, el Parlamento de Georgia aprobó en tercera lectura el proyecto de ley. Para que entre en vigor tras la aprobación del Parlamento, el documento será enviado a la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, para su firma. Sin embargo, la mandataria advirtió con antelación que planea imponerle su veto, pero se prevé que los promotores del polémico proyecto de ley logren superarlo.
La ley provocó multitudinarias protestas que no dejan de sacudir tanto la capital georgiana como el resto de las ciudades desde hace muchos días. Además, se registran casos de enfrentamientos violentos entre los manifestantes y la Policía, que emplea cañones de agua y gas pimienta para dispersarlos.