El ministro de Relaciones Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, llegó este miércoles a la capital georgiana, Tbilisi, junto con sus homólogos de Letonia, Estonia e Islandia, para mantener reuniones con las autoridades y expresar su rechazo por la nueva ley de agentes extranjeros, aprobada un día antes por el Parlamento.
"El Gobierno georgiano ha demostrado una vez más que ha decidido dar la espalda al camino europeo y transatlántico, pero la única dirección en la que puede avanzar es hacia Rusia. Esto es especialmente triste", declaró el funcionario. Al mismo tiempo, se pronunció ante los manifestantes locales asegurándoles que apoya la "Georgia europea", pues la nación solicitó la adhesión al bloque en 2022 y obtuvo el estatus de país candidato el año pasado.
El objetivo de la visita —según Landsbergis— era demostrar al Gobierno georgiano que con sus decisiones abandona la "senda europea". Los cancilleres se reunieron con la presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili; el presidente del Parlamento, Shalva Papuashvili; el ministro de Asuntos Exteriores, Iliá Darchiashvili; y otros funcionarios.
Tras el encuentro, Papuashvili comunicó que la parte georgiana "explicó la base de la ley" a los funcionarios europeos, afirmando que esta es necesaria para resolver el problema de transparencia del uso de fondos, incluso los de la UE.
Polémica en torno a la ley
El proyecto implica garantizar la transparencia de la "influencia externa" mediante la creación de un registro de organizaciones que promueven los intereses de fuerzas externas, que incluirá a todas las organizaciones sin fines de lucro y medios de comunicación cuyas actividades estén financiadas en más del 20 % desde el exterior. La negativa de inscribirse en el registro se castigará con multas.
Durante varios días, multitudinarias protestas contra la ley de agentes extranjeros han sacudido tanto Tbilisi como otras ciudades del país, donde se han registrado enfrentamientos violentos entre los manifestantes y la Policía, que ha llegado a emplear cañones de agua y gas pimienta para dispersar las concentraciones.
La oposición calificó la propuesta de "ley rusa", ya que acusaba al partido gobernante de haberse inspirado en una ley similar aprobada en Rusia en 2012. En respuesta, quienes impulsaron el proyecto argumentaron que se inspiraron en la Ley de Registro de Agentes Extranjeros de EE.UU., aprobada en 1938 y mucho más estricta. Leyes parecidas también rigen en Hungría, Israel y Australia, entre otros Estados.
Por su parte, las misiones de la UE y la Embajada de EE.UU. en Georgia han rechazado la iniciativa, asegurando que la ley obstaculizará la adhesión del país a la Unión Europea.