Un testigo del ataque que Israel perpetró este domingo contra Rafa, que dejó al menos 35 muertos y decenas de heridos en un campamento de refugiados, comentó a la agencia Reuters algunas de las consecuencias que presenció.
"Los ataques aéreos quemaron las tiendas de campaña, las tiendas se están derritiendo y los cuerpos de la gente también se están derritiendo", aseguró.
El Comité Internacional de la Cruz Roja comunicó que su hospital de campaña en Rafa está recibiendo una gran cantidad de víctimas del bombardeo, al igual que otros centros médicos de la zona.
Por su parte, un alto funcionario de Hamás, Sami Abu Zuhri, calificó el ataque como una "masacre", señalando a Estados Unidos como uno de los culpables por ayudar a Israel con suministros de armas y dinero.
El ataque
El domingo las Fuerzas de Defensa de Israel aseguraron que el ataque tenía como objetivo una zona controlada por milicianos de Hamás. Según precisaron, el bombardeo mató a Yassin Rabia, comandante de la dirección de Hamás en Judea y Samaria, y a Khaled Nagar, alto cargo del ala de Hamás en esa misma región.
De acuerdo con el comunicado, "el ataque se llevó a cabo contra objetivos legítimos en virtud del derecho internacional, mediante el uso de municiones precisas y sobre la base de inteligencia precisa que indicaba el uso de la zona por parte de Hamás".
Asimismo, desde Israel confirmaron estar al tanto de los informes del incendio ocurrido como resultado del bombardeo, en el que "varios civiles de la zona resultaron heridos" y aseguran que "el incidente está siendo investigado".