Con la presencia de instructores franceses en la zona del conflicto ucraniano, Occidente empeora aún más las relaciones con Rusia en vez de promover negociaciones, opina el politólogo y periodista ruso Georgui Bovt.
"El envío de instructores, y tal vez se trate de un plan más ambicioso —crear una coalición en el terreno para entrenar a las Fuerzas Armadas de Ucrania— se convierte en una nueva etapa de escalada por parte de Occidente, que también puede llamar a esto una nueva posición negociadora", señaló Bovt en su artículo publicado este miércoles.
A finales de mayo, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Alexánder Syrski, firmó un documento que legaliza la presencia de instructores franceses en los centros de formación militar ucranianos.
Al respecto, el politólogo comentó que "en la práctica, estos pueden resultar ser personal militar con una amplia gama de tareas, incluido el reconocimiento, selección de objetivos y el uso directo de armas modernas proporcionadas [por Occidente] a las Fuerzas Armadas de Ucrania".
"Ahora, aparentemente, es el turno de Moscú", valora Bovt, recordando que la Сancillería rusa ya advirtió a Francia que las medidas de represalia "irán mucho más allá del plano político". Sobre esto, el periodista sugiere que dichas medidas podrían estar relacionadas con el ámbito militar.
Además, considera que el plan original de París de invitar a un representante de Moscú a las celebraciones del 80.º aniversario del desembarco de las fuerzas aliadas en Normandía, que tuvo lugar el 6 de junio de 1944 durante la Segunda Guerra Mundial, fracasó. "Quizás esto se debió a algunos intentos entre bastidores de iniciar el proceso de negociación" que "obviamente fallaron", resaltó Bovt.
Una prueba indirecta de tal fracaso, según el experto, puede verse en "el anuncio hecho por los aliados de Kiev de permitir lanzar ataques contra territorio ruso". "Hasta hace poco, esto se consideraba un tabú tácito", recordó.