La presidenta de Perú, Dina Boluarte, cumplió este miércoles dos meses sin responder a la prensa en medio de críticas. Se trata de más de 50 días en los cuales han surgido diversas controversias que la implican directamente.
La última conferencia que realizó fue el 5 de abril pasado, cuando mostró en el Palacio de Gobierno en Lima los lujosos relojes Rolex, así como las joyas, por las cuales la Fiscalía la investiga por presunto enriquecimiento ilícito.
Desde entonces, Boluarte solo mantiene eventos públicos inaccesibles para los medios o protegida por anillos de seguridad que impiden a periodistas acercársele para hacer preguntas.
Sumado a esto, el pasado 30 de mayo las autoridades encerraron a reporteros en una sala contigua adonde estaba la mandataria. Camarógrafos transmitieron imágenes en vivo tras un vidrio, a varios metros de distancia de los funcionarios.
Mientras que el martes Boluarte inauguró una escuela resguardada por francotiradores, en un hecho inédito en la historia reciente del Perú. Y, cuando fue consultada por su silencio, respondió que "pronto" respondería a los medios.
"¿Para cuándo señora presidenta? ¡Ya son 60 días!", le expresó un reportero. "Los números no cuentan", contestó.
Reacciones
La Asociación Nacional de Periodistas (ANP) del país condenó el martes el "nuevo exceso que obstruye actividad informativa".
"Esta es una práctica intimidatoria hacia quienes realizan labor de prensa y evidencia opacidad en la gestión de gobierno. La presidenta no responde a preguntas de la prensa desde hace 60 días", añadió la ANP.
Por su parte, el Instituto Prensa y Sociedad reiteró su "rechazo contra estas prácticas adoptadas por personal de la Presidencia que obstaculizan la labor de la prensa y restringen el acceso a información de interés público".
Mientras que en su informe mensual de libertad de expresión, el Consejo de la Prensa Peruana (CPP) repudió el "maltrato" de la jefa de Estado y su "negativa a contestar preguntas".
"Esta organización reprueba que los políticos hayan normalizado el agravio, el insulto y la amenaza a periodistas y medios de comunicación por destapar sus conflictos de interés, abusos de poder y demás controversias", añadió el CPP.