La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó este miércoles el intento de golpe de Estado en Bolivia, ocurrido el pasado 26 de junio durante el alzamiento de fuerzas militares en La Paz.
La CIDH se pronunció siete días después de los hechos a través de un comunicado en el que rechazó el intento de golpe de Estado por parte de un sector del Ejército de Bolivia y llamó "al inmediato e irrestricto respeto de la institucionalidad democrática, al mantenimiento del orden constitucional y a la protección de los derechos humanos".
Al repasar lo ocurrido, el organismo internacional señaló que ese día, un sector del Ejército de Bolivia movilizó vehículos militares y ocupó espacios públicos en La Paz, específicamente, en la Plaza Murillo.
"Ello, con el fin de derribar al gobierno democráticamente electo e instalar un nuevo gabinete. En este contexto, un tanque derribó la puerta del Palacio Quemado, sede del Órgano Ejecutivo", remarcó la Comisión.
Para la CIDH, "las acciones provenientes de un sector de las Fuerzas Armadas atentaron contra los principios democráticos reconocidos constitucionalmente por el Estado Plurinacional de Bolivia". A razón de ello, hizo un "llamado urgente al respeto irrestricto de la institucionalidad democrática y al mantenimiento del orden constitucional en ese país".
Asimismo, la CIDH recordó que, en contextos de crisis institucionales en Bolivia, "se han producido serias violaciones de derechos humanos que han afectado, en particular, a los pueblos indígenas originarios campesinos y a otros grupos en especial situación de vulnerabilidad".
21 detenidos
El fallido golpe de Estado del pasado miércoles fue encabezado por el excomandante del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, actualmente bajo prisión preventiva por su implicación en el levantamiento militar.
Otros miembros de las Fuerzas Armadas bolivianas también han sido detenidos por las autoridades, de los cuales 21 permanecen bajo custodia (10 en prisión y 11 con detención domiciliaria), informó este martes el fiscal Franklin Alborta, según reportó Bolivia TV.
La última detención se produjo el lunes y fue la del comandante del grupo especial de élite F10 de las Fuerzas Armadas, mayor Vladimir Lupa Salamanca. Este jefe militar fue aprehendido en Cochabamba y trasladado a las instalaciones de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) en La Paz, informaron medios locales.