Tras una segunda vuelta de elecciones a la Asamblea Nacional francesa en la que ninguna de las tres principales fuerzas políticas consiguió la mayoría absoluta de escaños, el presidente Emmanuel Macron se enfrenta a una encrucijada para escoger al futuro primer ministro del país.
Aunque parece indiscutible la victoria del Nuevo Frente Popular, no logró las 289 bancas parlamentarias necesarias sobre un total de 577, que le darían la mayoría absoluta. De acuerdo con los resultados, la coalición presidencial Juntos, quedó por detrás de la de izquierda, mientras que el partido de extrema derecha Agrupación Nacional terminó en tercer lugar.
Aún sin un ganador claro, Macron, que ya había rechazado la posibilidad de dimitir en caso de un escenario desfavorable, tiene la obligación de nombrar un primer ministro, al menos temporalmente. La Constitución francesa es clara en este sentido, y la decisión la toma exclusivamente el presidente, para lo que no hay un calendario concreto y no se requiere consulta, referendo ni aprobación por parte de los diputados.
No obstante, en este contexto, el futuro primer ministro enfrentará un posible bloqueo institucional y un gobierno "frágil y minoritario", con dificultades para gobernar, gestionar los asuntos actuales y aprobar leyes.
Mientras, el Palacio del Elíseo anunció que Macron no convocará a un nuevo primer ministro en un futuro inmediato y esperará a la "reestructuración" de la nueva Asamblea Nacional para "tomar las decisiones necesarias". Presidencia, por su parte, sostuvo que el mandatario "velará porque se respete la elección soberana del pueblo francés".
Además, hizo un llamado a la "prudencia" a la hora de analizar los resultados de la segunda vuelta, añadiendo que, en opinión del presidente, no responden a la pregunta de "quién debe gobernar".
Las opciones de Macron
Con un escenario político poco claro y la reciente decisión del actual primer ministro, Gabriel Attal, de presentar su dimisión, Macron se queda sin muchas opciones.
A simple vista, la salida más sencilla sería nombrar como primer ministro a un miembro del bloque con mayoría relativa, que en este caso es el Nuevo Frente Popular, cuyos miembros ya han anunciado que están "listos para gobernar".
Sin embargo, un primer ministro de izquierda corre el riesgo de enfrentarse a una moción de censura que reuniría a los bloques de Juntos y Agrupación Nacional para obligarlo a dimitir.
Otra posibilidad, aunque poco probable, es la de una alianza en la asamblea de todos los partidos tanto en contra de la Agrupación Nacional. No obstante, en entrevistas con BFMTV, líderes de izquierda afirmaron que su coalición no permitirá que haya "ningún macronista en Matignon".
En este contexto, el profesor emérito de Derecho Constitucional de la Universidad de París Bertrand Mathieu explica que existe un "gran margen" entre la realidad y la teoría, ya que "una alianza tan dispar debe acordar un programa mínimo [...], pero que sería extremadamente difícil de implementar".
Sin mayoría y sin alianzas en la Asamblea Nacional que se puedan formar para indicar un posible candidato, el mandatario, asimismo, tendría la opción de nombrar un gobierno "técnico", constituido por expertos (economistas, altos funcionarios, diplomáticos, etc.) para garantizar la continuidad del Estado. De todas formas, es una figura muy vaga que jamás se ha puesto en práctica.