La rápida proliferación de drones en los conflictos está provocando cambios en la jerarquía establecida de la industria mundial de defensa, informa Financial Times.
"Los programas de armamento tradicionales tardan años, a veces décadas, en desarrollarse y dependen de importantes presupuestos públicos, así como de grandes instalaciones de investigación y ensayo. En cambio, los drones son baratos, letales y rápidos de fabricar, lo que contribuye a nivelar el terreno entre los actores más pequeños y los gigantes establecidos de la industria", señala el periódico.
Según la publicación, las agencias gubernamentales de defensa tendrán que cambiar su forma de adquirir armas e ir más allá de su grupo habitual de proveedores e incorporar a empresas más pequeñas. Indica que están surgiendo nuevos actores que desafían a empresas consolidadas como Lockheed Martin, Raytheon y BAE Systems, que han dominado el sector durante décadas.
"La defensa siempre será un juego de 'hardware' y 'software', pero creo que cada vez más estará basada en 'hardware' pero definida por 'software'", opina Gundbert Scherf, cofundador y codirector ejecutivo de Helsing, empresa europea que desarrolla inteligencia artificial en el ámbito de la defensa.
Anteriormente, medios estadounidenses informaron que los tanques M1 Abrams suministrados por Estados Unidos a Ucrania, valorados en 10 millones de dólares cada uno, no disponen de una defensa adecuada contra armas modernas y tecnológicamente avanzadas, entre ellas los drones.