El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se ha reunido con los ciudadanos rusos canjeados este jueves con Occidente en un histórico intercambio de prisioneros.
Los canjeados aterrizaron en el aeropuerto moscovita de Vnúkovo, donde fueron recibidos con alfombra roja y por una guardia de honor del regimiento presidencial.
El mandatario recibió a los ciudadanos rusos al pie de la escalerilla del avión, les estrechó a todos la mano y entregó un ramo de flores a una prisionera que descendió con su hija.
Una vez en el edificio del aeropuerto, el presidente felicitó a los recién llegados por su regreso la patria y "a quienes tienen relación con el Ejército" les agradeció su lealtad al juramento y prometió entregarles condecoraciones.
El intercambio se realizó bajo coordinación de la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía.
Medios turcos informan que fueron intercambiados 26 prisioneros de siete países (Estados Unidos, Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega, Rusia y Bielorrusia). Según el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, por sus siglas en ruso), Occidente canjeó ocho ciudadanos rusos.
En el marco del canje el periodista hispano-ruso Pablo González ha sido intercambiado "por un periodista estadounidense" y enviado a Rusia, "su país de nacimiento", dijo a RT su abogado, Gonzalo Boye.
También a Rusia fueron enviados:
- Artiom y Anna Dultsev, condenados en Eslovenia a un año y siete meses de prisión por presunto espionaje
- Vadim Krásikov, sentenciado en Alemania a cadena perpetua por el asesinato del excomandante checheno Zelimján Jangoshvili, que luchó contra Rusia durante la segunda campaña chechena
- Vladislav Klyushin, que en 2023 recibió una pena a nueve años de prisión en EE.UU., acusado de participar en una trama de uso de información privilegiada
- Mijaíl Mikushin condenado en Noruega por presunto espionaje
- Román Selezniov condenado en EE.UU. a 27 años de cárcel por ciberfraude, incluido el robo de datos de tarjetas de crédito y la organización de estafas en línea.
- Vadim Konoschénok, acusado de comprar ilegalmente productos electrónicos para el complejo militar-industrial ruso, se enfrentaba en EE.UU. a una pena de hasta 30 años de prisión.