La expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, denunció que la investigación del atentado que sufrió en 2022 ha sido "un desastre total y absoluto".
Así lo definió al declarar por primera vez en el juicio que se lleva a cabo por el intento de magnicidio y en el que no hay ningún autor intelectual sentado en el banquillo de los acusados, ni tampoco quienes financiaron el crimen.
"Sería muy ingenuo de parte mía considerar que las tres personas sentadas ahí son las que idearon esto, son solo los autores materiales", dijo al señalar a Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo, los únicos imputados.
En varios momentos de la audiencia, la expresidenta estuvo a punto de llorar, en particular cuando describió el impacto que tuvo el atentado en su familia, ya que esa noche su hijo Máximo Kirchner pensó que sí la habían matado.
"Mi nieta Helenita también (está) con tratamiento. Tenía miedo de salir de su cuarto, había que acompañarla hasta el cuarto de juegos o la cocina porque tenía miedo de que la mataran", reveló sobre la niña de siete años.
También insistió en que el atentado coronó las violencias machistas que padeció durante toda su trayectoria política por ser una política que jamás se dejó amedrentar.
"Los hombres no se bancan que una mujer pueda tener razón y pueda rebatir argumentos, salvo que seas una mascota del poder y hagas lo que ellos quieren. Para mascota del poder no serví nunca, eso les molesta", afirmó.
Víctima
Por otra parte, Fernández de Kirchner aseguró que, desde que sufrió el atentado, de manera insólita algunos periodistas y políticos la acusan de querer "victimizarse" sin reconocer que, efectiva y evidentemente, es una víctima.
"Tengo que demostrar que yo no tuve la culpa de que quisieran matarme, es ridículo", advirtió al recordar que la prensa antikirhnerista también ha invisibilizado la investigación y el propio juicio.
Además, explicó que trata de no ver los videos sobre el momento del atentado para no tener presente el recuerdo de un arma empuñada directo hacia su rostro.
"No me sicoanalizo, nunca lo hice, tal vez debería hacerlo, pero sí, calculo que no es una experiencia recomendable para nadie (...) Dios y la Virgen permitieron que no saliera el tiro", señaló.
Al comienzo de la audiencia, la exvicepresidenta fue cuestionada acerca de si percibió un clima de violencia previo al atentado.
"Sí, inclusive después de la pandemia fueron in crescendo", afirmó al recordar que en la Plaza de Mayo hubo protestas con guillotinas y bolsas mortuorias que sugerían su muerte y cada tanto iban grupos de personas afuera de su casa para insultarla, además de que durante una manifestación destruyeron el despacho que ocupaba en el Senado.
Machismo
Fernández de Kirchner atribuyó la constante violencia que enfrentó a la "crispación" de los poderes concentrados de la economía, la justicia y los medios de comunicación que estaban inconformes con la manera en que gobernaba una mujer.
Con respecto al entramado del atentado, mencionó directamente a Diego Luciani, uno de los fiscales del juicio en el que fue condenada por corrupción, al que acusó de exacerbar la violencia en su contra.
Mencionó también al diputado Gerardo Millman y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quienes estaban involucrados en la investigación que se llevaba a cabo contra los presuntos autores intelectuales.
Sin embargo, Fernández de Kirchner denunció que "el partido judicial", como suele definir a este poder, decidió no avanzar en esta línea para proteger sus propios intereses y amparar la impunidad de múltiples personajes.
Lo mismo había señado el martes por la noche a través de un video que publicó en sus redes sociales como un anticipo de su declaración.
Acusados
El juicio comenzó el pasado 26 de junio en el Tribunal Oral Federal 6 que integran la jueza Sabrina Namer y los jueces Adrián Grünberg e Ignacio Fornari.
Se prevé que las audiencias se realizarán por lo menos hasta diciembre y en las que se prevé la presentación de 270 testigos.
A los tres acusados se les imputa el delito de homicidio doblemente calificado por alevosía y en concurso premeditado de dos o más personas agravado por el uso de arma de fuego.
Sabag Montiel, de 36 años, está señalado como autor del crimen y enfrenta la posibilidad de una condena a 20 años de prisión. A Uliarte (24) se le identifica en calidad de coautora; y Carrizo (28), de partícipe secundario.
El caso comenzó el 1 de septiembre de 2022, cuando Sabag Montiel se mezcló entre la muchedumbre que esperaba a Fernández de Kirchner afuera de su casa, ubicada en el barrio de Recoleta, en la ciudad de Buenos Aires.
Una vez que estuvo frente a ella, levantó el brazó y gatilló una pistola, pero la bala se quedó atorada en la cámara del arma, lo que impidió que concretara el asesinato.