El líder supremo de Irán, Alí Jameneí, lanzó este miércoles una advertencia contra cualquier forma de retirada o de compromiso en el conflicto del país persa con Israel, invocando el concepto de "ira divina", informan medios locales.
Jameneí condenó lo que describió como "guerra psicológica enemiga" destinada —dijo— a presionar a Irán para que reconsidere cualquier plan de represalia contra Tel Aviv. El dirigente afirmó que cualquier retirada, ya sea militar, política o económica, provocaría un severo castigo divino.
Sus declaraciones se producen en medio de la creciente tensión entre Irán e Israel a raíz del asesinato de Ismail Haniya, jefe político de Hamás, el pasado 31 de julio, durante una visita oficial a Teherán.
"Los gobiernos que ceden a las exigencias de las potencias dominantes actuales, independientemente del tamaño o fuerza de su nación, pueden desafiar estas presiones si recurren a la fuerza de su pueblo y evalúan con precisión las verdaderas capacidades de sus adversarios", declaró Jameneí, citado por Iran International. El ayatolá también criticó la antigua tendencia a exagerar el poder de los enemigos, y evocó ejemplos históricos como los intentos estadounidenses, británicos e israelíes de socavar Irán desde la Revolución Islámica de 1979.
Mientras las potencias occidentales han advertido a Irán contra cualquier represalia, instándole a la moderación, las autoridades iraníes han desestimado las advertencias calificándolas de "ilógicas y excesivas". Teherán ha afirmado su derecho a responder al asesinato del dirigente de Hamás sin pedir autorización exterior.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Islámica, Nasser Kanani, incluso consideró este martes que los llamamientos de Berlín, Londres y París para que Teherán se abstenga de atacar al país hebreo pueden entenderse como apoyo público al terrorismo. Cabe señalar que Tel Aviv ni confirma ni desmiente que esté detrás del atentado contra Haniya.