El Senado de Argentina aprobó este lunes un nuevo aumento en las dietas de los legisladores, obviando la polémica desatada en abril por una decisión similar.
Senadores y diputados votaron a favor de recibir un incremento retroactivo de 6,5 % en sus asignaciones, a percibir en dos tramos: 3,5 % desde el 1 de julio pasado y el 3 % restante desde el 1 de agosto, informó el portal Todo Noticias (TN).
La Comisión Negociadora paritaria del Congreso, que reúne a las agrupaciones sindicales que representan a los trabajadores y a los representantes de ambas cámaras legislativas, se reunió y resolvió el aumento.
Sin embargo, los diputados no percibirán la suba acordada, ya que el presidente de esa Cámara, Martín Menem, decidió en junio un cuadro de aumentos y estableció que las actualizaciones salariales de los diputados no estén atadas a las del resto del personal legislativo.
Los senadores, en cambio, pasarán a ganar cerca de 9 millones de pesos (9.543 dólares) mensuales en bruto, es decir, sin los descuentos impositivos y de la seguridad social.
Rechazo social
La noticia generó rechazo en las redes sociales, ya que se trata de un haber mucho más alto que el de cualquier trabajador, incluidos profesionales y empleados en zonas alejadas o labores de riesgo.
Las críticas recaen sobre la clase política en general, pero principalmente apuntan al Gobierno de Javier Milei, ya que el presidente ha decidido recortar al máximo los gastos del Estado bajo el argumento de que "no hay plata".
Aunque la actualización de sueldos se lleva a cabo todos los años para los empleados del Congreso, a fin de indexar sus ingresos según la tasa de inflación, el incremento salarial de los legisladores ha sido ampliamente cuestionado por darse en medio del plan de ajuste que aplica Milei.
En abril, la ciudadanía también repudió una decisión similar del Senado, debido a que era el segundo aumento que iban a asignarse los legisladores en apenas un mes. Tras la polémica, los miembros del Congreso decidieron dar marcha atrás a la medida.
En aquella ocasión, la principal apuntada fue la vicepresidenta del país y presidenta del Senado, Victoria Villarruel, ya que, aunque no tuvo injerencia en la decisión, forma parte del Ejecutivo y lleva adelante las sesiones.
"Como presidenta del Senado no soy senadora, no cobro del Senado y no puedo interferir en esas decisiones", se defendió entonces. Y culpó a los 'trolls' (usuarios provocadores de internet) y a "parte del periodismo" por querer involucrarla.