El subcomandante Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), provocó una polémica al publicar una carta en la que evaluó en duros términos el Gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que terminará el próximo 1 de octubre.
"El error que se cometió antes del 'beneficio de la duda', se repite. Quienes nos criticaron por no apoyar [a López Obrador] y criticar el cambio de piel de la víbora, fueron los más ferozmente atacados por su defendido", escribió el líder zapatista, que ahora se hace llamar comandante Marcos.
También aseguró que ahora, con la presidenta electa Claudia Sheinbaum, se está cometiendo el mismo "error" de pedir un respaldo absoluto por parte de movimientos sociales, solo porque es mujer.
"Allá arriba está el problema, no la solución. Si no miran hacia abajo, seguirán tropezando con la misma piedra. Y eso ya sería patológico. El oficialismo no busca apoyo, sino complicidad", afirmó en la misiva.
En el caso concreto de López Obrador, el comandante Marcos aseveró que el mandatario había repetido las peores características de sus antecesores, ya que tuvo el "autoritarismo" del expresidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970); el "nacionalismo de cartón piedra" de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976); la "demagogia corrupta" de José López Portillo (1976-1982) y la "mediocridad administrativa" de Miguel de la Madrid (1982-1988).
El dirigente zapatista agregó que, a su juicio, el presidente mexicano gobernó con "la perversidad" de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994); la "vocación criminal" de Ernesto Zedillo (1994-2000); la "ignorancia enciclopédica" de Vicente Fox (2000-2006); el "militarismo y la mecha corta" de Felipe Calderón (2006-2012) y la "frívola superficialidad" de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
"Cambian los presidentes, cambian las nóminas. Lo del autoelogio y lo chillón, sí es parte del estilo personal de gobernar", resumió.
La alianza que no fue
El escrito desató un revuelo, ya que confirma la ruptura de Marcos y de López Obrador, quienes fueron aliados a mediados de los años 90, en la época en los que el EZLN se levantó en armas en el estado de Chiapas, en defensa de los ignorados derechos indígenas.
Cuando López Obrador ganó las elecciones, se dio como un hecho que contaría con el apoyo de los zapatistas, actores centrales de la izquierda que el presidente decía representar. Pero ocurrió todo lo contrario, ya que el EZLN mantuvo una posición crítica, al igual que pasó siempre con todos los mandatarios.
López Obrador respondió este jueves a los señalamientos de Marcos, aunque en un tono que intentó no incentivar la confrontación.
"Hasta Marcos ya dice que soy Díaz Ordaz y Salinas, creo, él debe ser (Emiliano) Zapata, pero no me voy a meter a la polémica", afirmó el mandatario al referirse a uno de los máximos líderes de la Revolución mexicana, y del cual el EZLN tomó el nombre.
"Está en su derecho, como todos nuestros adversarios, que no son nuestros enemigos. No voy a polemizar, es que cada quien tiene que asumir su responsabilidad y hacerse cargo de sus palabras, de sus dichos", concluyó.