El canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, se reafirmó en contra de que se permita a Ucrania utilizar armas de largo alcance de fabricación alemana para atacar objetivos muy por detrás del frente de combate.
Según recogió Welt este sábado, el mandatario declaró en una reunión de diputados de su Partido Socialdemócrata con simpatizantes de Brandeburgo que insistirá en esta restricción "incluso si otros países deciden lo contrario". Además, insisitió en que no concederá a Kiev la autorización solicitada para los ataques profundos, porque cree "que es un problema".
Un día antes, Scholz aseguró en una rueda de prensa en Berlín que había tomado una "decisión clara" de no suministrar a Kiev los misiles de largo alcance Taurus de fabricación alemana.
A continuación, Scholz abordó la colaboración con Rusia en materia de la compraventa de combustibles fósiles y tachó de "acto terrorista" el sabotaje de los oleoductos Nord Stream 1 y 2 en el mar Báltico. El canciller dijo que quiere llevar a los perpetradores ante la justicia en Alemania y asegura haber tomado una decisión clara al respecto.
"Esto significa que hacemos un llamado a todas las autoridades de seguridad y al fiscal general federal para que investiguen sin tener en cuenta a nadie", declaró el jefe del Ejecutivo. "No se está encubriendo nada", aseguró a los electores, añadiendo que se pretende llevar a quienes detonaron las tuberías, "si podemos localizarlos, ante un tribunal en Alemania".
Scholz admitió que la explosión de precios, el control estatal de los mismos y la búsqueda de suministros alternativos de gas después del cierre de las entregas rusas costaron "más de 100.000 millones de euros" a Berlín.
El estado federado de Brandeburgo, en el noreste de Alemania, celebrará el próximo 22 de septiembre elecciones regionales que pueden resultar decisivas para el partido de Scholz. "Abrumado por los devastadores resultados electorales en Turingia y Sajonia, y perseguido por los rumores cada vez más acuciantes de que una posible derrota el 22 de septiembre en Brandeburgo podría obligarle a dar un paso atrás, el canciller decidió jugar la carta ucraniana para salir del paso", escribió un medio italiano a comienzos de esta semana.