El primer ministro libanés, Najib Mikati, afirmó que su nación está en guerra. Sus declaraciones surgieron después de las detonaciones coordinadas de buscapersonas y otros dispositivos que tuvieron lugar en todo el país a lo largo de dos días consecutivos.
"Estamos en guerra, teniendo en cuenta lo que nuestro pueblo en el sur del Líbano ha estado experimentando durante 11 meses", destacó, en referencia a los regulares cruces de fuego entre Hezbolá y el Ejército israelí en la frontera, así como a los ataques aéreos contra el territorio de la nación árabe.
Al hablar sobre las explosiones, que se cobraron la vida de decenas de personas y dejaron miles de heridos, Mikati señaló que "no hay palabras para expresar la brutalidad de este crimen".
"No queremos una guerra"
Mientras, el ministro de Asuntos Exteriores libanés, Abdallah Bou Habib, comunicó que a día de hoy "no hay duda" de que su país está viviendo "un momento aterrador". "Tenemos miedo de que se avecine una guerra porque no queremos una guerra", subrayó.
De acuerdo con el canciller, si inicialmente "hubo escaramuzas en la frontera", que "a veces se intensificaron, ahora estamos hablando del comienzo de una guerra". "Por eso vamos a acudir al Consejo de Seguridad de la ONU para detener esto. Estamos en contra de la guerra en el Líbano", manifestó.
"El Gobierno del Líbano no quiere la guerra y ni siquiera quiere que haya enfrentamientos en el sur del Líbano", concluyó.
- La noche de este miércoles Israel llevó a cabo un bombardeo contra instalaciones militares de Hezbolá en el sur del Líbano. Los ataques se perpetraron en las zonas de Chihine, Tayibe, Blida, Meiss el Jabal, Aitaroun y Kfarkela. Además, se atacó un depósito de armas del grupo chiita en el área de Khiam.
- Hezbolá y las autoridades libanesas responsabilizaron a Tel Aviv de la serie de detonaciones registradas esta semana. La agrupación insurgente prometió responder al ataque del país hebreo.
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