Israel utilizó 85 bombas GBU-31 de fabricación estadounidense, apodadas 'bombas antibúnker', en el ataque de este viernes que costó la vida al secretario general del movimiento libanés Hezbolá, Hassan Nasrallah, informaron medios locales.
Con un peso de alrededor de una tonelada por unidad, estas bombas, que en hebreo se denominan 'Feliz Salve', lograron penetrar en la sede central de la agrupación chiita, que se encontraba localizada bajo un edificio residencial en Beirut, la capital libanesa.
Las Unidades de Bombas Guiadas (GBU, por sus siglas en inglés) se crean mediante la vinculación de bombas 'tontas', no guiadas y de caída libre, con el sistema de cola de guiado de las Municiones Conjuntas de Ataque Directo (JDAM, por sus siglas en inglés), lo que las convierte en precisas y aptas para todo tipo de condiciones meteorológicas. Este tipo de armas son municiones extremadamente grandes y pesadas que pueden lanzarse desde el aire para que penetren varios pisos de hormigón.
Las coordenadas del objetivo se fijan en el avión antes del despegue, pero si surge la necesidad de cambiarlas, la tripulación puede restablecer manualmente las nuevas coordenadas en vuelo, o bien los sensores de a bordo del avión pueden actualizarlas automáticamente. Una vez lanzada, las aletas guían la bomba hasta 24 kilómetros de distancia hasta las coordenadas designadas del objetivo.
En particular, la versión GBU-31 se compone de JDAM junto con la bomba MK-84 o la bomba perforante BLU-109, pudiendo pesar hasta 960 kilos y llegar a 3,88 metros de longitud. Estas bombas cuestan mucho menos que las bombas guiadas por láser o televisión.
Las sistemas JDAM fueron desarrollados por EE.UU. tras la Operación Tormenta del Desierto en Irak en 1991 a causa de un déficit en la capacidad de armamento aire-superficie. La investigación arrancó un año después y las primeras JDAM se entregaron en 1997, siendo sometidos a las pruebas operativas iniciales en 1998 y 1999. Este sistema debutó en combate durante la operación Fuerza Aliada en Yugoslavia en 1999.
Israel expresó su interés en este tipo de proyectiles. Después de que el reactor nuclear de Irak fuera destruido en 1981 con sencillas bombas 'de hierro', Irán, así como Hamás y Hezbolá, empezaron a construir sus instalaciones bajo tierra, protegidas por toneladas de hormigón y roca natural.