Los servicios especiales de varios países de la OTAN y de Ucrania se preparan para escenificar el uso de armas químicas en Siria, comunicó este martes el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR, por sus siglas en ruso).
Desde el organismo indicaron que el objetivo de tales acciones es lanzar una campaña para desacreditar a Rusia y Siria ante la ONU y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
Se prevé que el plan se realice en colaboración con grupos terroristas que operan en el norte de Siria, en la provincia de Idlib. Se planea que los integrantes de la organización conocida como los Cascos Blancos participen en la puesta en escena y sus activistas graben las presuntas consecuencias del uso de armas químicas.
"El plan de la operación prevé el lanzamiento, por parte de militantes mediante vehículos aéreos no tripulados, de un contenedor lleno de cloro durante los ataques de las Fuerzas Armadas de Siria y las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia contra las posiciones de los grupos terroristas en la zona de desescalada de Idlib", reza el comunicado, agregando que se considera que el lugar más probable de la provocación se ubica al este de la ciudad de Idlib.
El Servicio de Inteligencia Exterior ruso declaró que "el liderazgo de EE.UU. y del Reino Unido, conscientes del fracaso de su curso [para lograr] una derrota estratégica de Rusia en el conflicto en Ucrania, presta particular atención a socavar la autoridad de nuestro país en los estados del Sur Global". No obstante, los ataques escenificados apenas pueden ayudar a Washington y sus aliados a poner a los países de la región de su lado, sostuvo el organismo. Además, hizo hincapié en que la mayoría de los Estados en cuestión "sigue sin querer adoptar posiciones antirrusas en el conflicto ucraniano", mientras que "su desconfianza hacia Estados Unidos y el Reino Unido se verá sin duda reforzada por tales provocaciones".
Ataques no verificados
En este sentido, cabe recordar los ataques químicos en Siria que al final no fueron verificados, pero que Washington y sus aliados no tardaron en culpar a Damasco.
Así, el 7 de abril de 2018, los Cascos Blancos denunciaron más de 40 muertes por causa de un ataque químico con "gas tóxico" en Duma, después de que la ciudad fuera recuperada por las fuerzas gubernamentales sirias de manos de insurgentes que el Gobierno de Bashar al Asad calificó como militantes islamistas. Sin presentar pruebas, Occidente responsabilizó a Al Asad del supuesto "ataque químico" y, en la madrugada del 14 de abril, EE.UU., Reino Unido y Francia realizaron un ataque múltiple con misiles de crucero contra el territorio de Siria, sin que fuera aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Tras ello, Rusia ha denunciado en repetidas ocasiones que el grupo de terroristas planea llevar a cabo una acción de provocación en la zona de desescalada de Idlib para culpar a las fuerzas gubernamentales sirias del uso de armas químicas contra la población civil.