Petroleros iraníes se han retirado a aguas internacionales por temor a un posible ataque de Israel contra la mayor terminal petrolera de Irán, reporta el diario alemán Bild, que compartió imágenes satelitales que sustentan las afirmaciones.
Según el material gráfico, el 25 de septiembre se observaban al menos una decena de petroleros en inmediaciones de la isla de Kharg, un terminal petrolero desde donde se realizan el 90 % de las exportaciones de crudo de la República Islámica.
Sin embargo, en una captura satelital del 3 de octubre no se observa ni un solo barco en las aguas de ese centro estratégico, conocido como la "isla del petróleo". TankerTrackers, un servicio independiente de seguimiento del transporte de crudo, informó el miércoles que los "superpetroleros" de la Compañía Nacional Petrolera Iraní (NITC) habían "abandonado" la isla un día antes por posibles temores de "un ataque inminente de Israel".
"Las cargas de petróleo crudo continúan, pero toda la capacidad de transporte marítimo vacante adicional se ha eliminado del anclaje de la isla de Kharg. Es la primera vez que vemos algo así desde la ronda de sanciones de 2018", destaca TankerTrackers.
Entretanto, el medio HunterBrook analizó 105 imágenes satelitales de petroleros iraníes que datan de noviembre, revelando que esta es la "primera vez" que el fondeadero iraní está vacío.
Se presume que la acción de los buques podría estar relacionada con las declaraciones del presidente estadounidense Joe Biden, quien reveló este jueves que estaba discutiendo con Israel la posibilidad de un ataque a las instalaciones petroleras de Irán.
La contestación del mandatario deja abierta la posibilidad de una represalia militar de Tel Aviv tras el masivo ataque de misiles perpetrado por Teherán el martes. Funcionarios israelíes afirmaron al portal Axios esta semana que la "represalia significativa" que preparan podría apuntar a instalaciones de producción de petróleo dentro de Irán y otros sitios estratégicos.
Al respecto, analistas petroleros advierten que un ataque a las instalaciones iraníes no solo subiría los precios del hidrocarburo y afectaría a las exportaciones iraníes, sino también pondría "en mayor riesgo" a la infraestructura petrolera israelí si Teherán decide contraatacar.