El diputado del Parlamento Europeo por Eslovaquia, Lubos Blaha, que llegó a Moscú el pasado fin de semana, concedió este martes una entrevista a RT en la que compartió sus opiniones sobre Rusia, la rusofobia en Occidente y el conflicto ucraniano. Comparó la actual política antirrusa en Europa con el comportamiento de los fascistas, subrayando la necesidad de dejar de odiar a Rusia e iniciar un diálogo.
"Odiar a los rusos está de moda en la UE"
Al hablar de su visita a Rusia, Blaha subrayó que "está orgulloso" de poder expresar su gratitud a los pueblos de Rusia por su sacrificio en la Segunda Guerra Mundial. "Nos liberaron del fascismo, y es mi deber moral rendir homenaje a los oficiales del Ejército Rojo, a los soldados del Ejército Rojo y a los soldados rusos que se sacrificaron por nuestra libertad y nuestra paz. Por eso creo que es absolutamente natural que haya venido a Moscú", afirmó.
En este contexto, el eurodiputado señaló que quiere pedir disculpas a Rusia por todo "este militarismo y rusofobia en Occidente". "Estoy realmente harto como eurodiputado y como político eslovaco de escuchar cada día todo este odio contra los rusos. Y realmente siento que esta misma atmósfera de odio fue en los años 30 y 40, en la época nazi en el siglo XX. Y esto es muy peligroso, muy terrible, y hago todo lo posible para dialogar con los rusos", dijo, añadiendo que los eslovacos apoyan la paz.
Blaha también señaló que, actualmente, "odiar a los rusos está de moda en la Unión Europea y en Occidente".
"Ahora es una especie de religión. La ideología dominante es que hay que estar en contra de Rusia, hay que ser belicista, hay que llamar a derrotar a Rusia. Este es el diccionario de los nazis. Este es el diccionario de los fascistas. Realmente no puedo vivir con esto".
Según sus palabras, no considera a los rusos sus enemigos y que, a su juicio, la mayoría de la gente en Eslovaquia tiene la misma opinión.
Relaciones eslovaco-ucranianas
Entre otras cosas, abordó la negativa del Gobierno eslovaco a enviar armas al régimen de Kiev, señalando que esta decisión es una de las razones por las que las relaciones eslovaco-ucranianas son ahora "muy, muy complicadas".
Añadió que Kiev y Bratislava "tienen puntos de vista diferentes", señalando que Eslovaquia tampoco "puede estar ciega" cuando ve que en Ucrania se honra al colaborador nazi Stepán Bandera y de Román Shujévich, líder de la Organización de los Nacionalistas Ucranianos y miembro del batallón Nachtigal de las fuerzas hitlerianas, o cuando ve que hay algunos batallones neonazis o símbolos neonazis en el Ejército ucraniano.
Expansión de la OTAN
El político eslovaco también comentó la obsesión de Kiev por entrar en la OTAN. Según sus palabras, "sería un suicidio llevar a Ucrania a la OTAN". "Me parece ridículo. Si queremos tener una guerra nuclear o un conflicto nuclear y una escalada, sí hagámoslo, llevemos a los ucranianos. Pero si tenemos sentido común, y somos racionales en Eslovaquia, no podemos votar a favor de la entrada de Ucrania en la OTAN", dijo.
A su juicio, el deseo de la Alianza de expandirse hasta las fronteras rusas fue una de las causas del conflicto. "No fue la Federación Rusa [la que se expandió] en las fronteras de EE.UU., en algún lugar de México o Canadá. Fue la OTAN, el Occidente colectivo, extendiendo su influencia y los equipos militares hacia las fronteras de Rusia", declaró, señalando que era obvio que Moscú tenía que responder de alguna manera.
Asimismo, Blaha denunció el doble rasero en la UE respecto a los conflictos en el mundo. "Cuando hablamos del derecho de defensa de Israel en el conflicto de Gaza, escucho a menudo por parte de mis colegas del Parlamento Europeo, especialmente de las fracciones de derechas, que Israel puede matar a muchos palestinos porque se está defendiendo. Realmente no estoy de acuerdo y creo que las masacres, el genocidio en Gaza es algo terrible. Más de 42.000 palestinos han muerto, en su mayoría mujeres y niños. Pero en el Parlamento Europeo dicen que es un derecho de Israel. Y yo pregunto: 'Vale, ¿y Rusia no tiene derecho a defenderse?'. Esto es hipocresía y doble rasero", explicó.
Sanciones antirrusas
Tampoco está de acuerdo con la política de sanciones antirrusas. Según sus palabras, es "ridículo" pensar que las sanciones pueden derrotar a los rusos. Precisó que aunque la propaganda occidental quiera mostrar que Rusia ahora vive "el caos y la pobreza", durante su visita a Moscú vio un "país moderno y muy desarrollado tecnológicamente". "Hay coches de [fabricación] China, coches de Rusia, hay todos los equipos en las tiendas, no hay ningún problema. [...] Las sanciones no están funcionando", dijo.
Subrayó que las sanciones, por el contrario, están perjudicando a la economía de la UE, ya que el bloque comunitario ha renunciado a fuentes de energía rusas que son más baratas que las occidentales. Añadió que mientras que la economía de la UE se deteriora, en su opinión, la de Rusia va a crecer. "Estoy seguro de que las sanciones no tienen sentido y hay que acabar con ellas lo antes posible", afirmó.
La UE está en contra de todos los que quieran dialogar con Rusia
Blaha también elogió la visita del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, a Moscú en julio, donde se reunió con el presidente ruso, Vladímir Putin. Señaló que el primer ministro eslovaco, Robert Fico, también quería acompañar a su homólogo húngaro, pero no pudo por problemas de salud tras un intento de asesinato en mayo, lo que, según dijo, se debió a que Fico tiene "opiniones diferentes".
"En la democracia occidental, si tienes opiniones diferentes, tienes que ser asesinado por los extremistas progresistas. Esto es simplemente terrible"
De acuerdo con Blaha, casi todos los días la mayoría del Parlamento Europeo "difunde el odio contra Rusia, contra Hungría, contra todos los que quieren dialogar con Rusia". Subrayó que hay que contrarrestarlo porque la continuación de las políticas rusófobas y el militarismo "van realmente en contra de los intereses" de Europa y sus ciudadanos. "Me alegro de que Eslovaquia y Hungría estén alzando la voz de la paz en la Unión Europea. Y seguiremos haciéndolo. Puede que la lucha sea larga, pero es un deber moral hacerlo", afirmó.